24 noviembre, 2024

El séptimo Rafael

Es el título del libro biográfico de Rafael Vicente Correa Delgado que nos entregan Mónica Almeida y Ana Karina López, dos destacadas periodistas que han investigado descarnada y crudamente los 54 años de la “vida, pasión y milagros” de Correa.

Varios son los libros que se han publicado sobre este vórtice que han sido los 10 años de gobierno de Correa, pero ninguno se ha dado el trabajo de investigar desde sus ancestros familiares hasta la culminación del período más largo de la historia republicana que ha gobernado un presidente.

Cada capítulo, de los siete del libro, se inicia con un epígrafe tomado de El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez que empata en forma precisa con el contenido del mismo; por ejemplo el capítulo VII “El Jefe”, es como anillo al dedo: “cuando lo dejaron solo otra vez con su patria y su poder no volvió a emponzoñarse la sangre con la conduerma de la ley escrita, sino que gobernaba de viva voz y de cuerpo presente a toda hora y en todas partes”, genial.

Tiene habilidad para captar el sentir de la gente marginada, para decirles lo que quieren oír, manipula los temas para despertar emociones; establece relaciones con la masa, les cuenta que ha hecho, que ha comido, las maravillas que está haciendo a favor del pueblo; les hace recomendaciones, los trata paternalmente, manifiesta ternura por las mujeres y sus hijos, despertando simpatía y adhesión.

El contenido de su discurso está dirigido a atacar a sus rivales, a ofenderlos, disminuirlos, ridiculizarlos. etc.

Tiene facilidad para improvisar, es rápido en decisiones e iniciativas.

El déficit en actividad racional de su pensamiento lo intenta compensar con hiperactividad; prefiere actividades prácticas, moverse, hacer cosas; tiende a ser agresivo, impaciente, exige de sus colaboradores igual ardor. Cuando no tiene que mantener su imagen, pierde fácilmente la paciencia, tiene dificultad para controlar sus sentimientos.

Agresivo, excitable, cambiante, impulsivo, optimista, activo, sociable, conversador, interesado por los demás; siempre tiene una respuesta  lista, en ocasiones oportuna, en otras torpe.

Intolerancia a frustraciones, reacciones de violencia cuando le contradicen, le provocan o no hacen las cosas como él quiere. Esta forma de actuar le ha dado buenos resultados para impresionar, atemorizar, crear una imagen que origina confusión, temor, sumisión.

Puede adaptarse a las circunstancias y controlarse, cuando le conviene presentar una imagen de seriedad y estabilidad; pero si es provocado, puede perder el control y reaccionar de forma habitual”. Esto último pudo perfectamente ser parte de El séptimo Rafael, corresponde al perfil psicológico de Abdalá Bucaram, hecho por especialistas hace 21 años.

Volviendo al libro, en la pag. 71 nos da una pauta de lo que es de cuerpo entero Correa: “Un joven que valoró la amistad y tejió lazos casi familiares con su grupo de amigos. Pero también un ser humano testarudo, soberbio y picado, cuyos comentarios, acompañados de una sonrisa sarcástica, pueden sacar  a más de una persona de su casillas”.

Un libro interesante, oportuno; “(…) un ajuste de cuentas de Rafael Correa con su pasado”.

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Rafael Correa no ceja en su empeño de hacer de Guayaquil, el centro de la anti patria y de sus rencores ocultos. Hablar tanto acarrea un problema cuando se llega al ritual sabatino parlanchín para copar tres horas y empalagar su ego ante un micrófono donde centrifuga todo su omnímodo poder hiperactivo y exuberante.

El sábado, día de la Fundación de Guayaquil, vino a confrontar, polarizar, ofender. Dijo lo que se le ocurrió, y entonces mencionó aquello de que “las elites guayaquileñas han preparado tácticas separatistas” y que por ello y contra ello ha decidido ante sí y por sí, cambiar el nombre del MAAC (siglas de Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo) y pasa a llamarse CCLSB (Centro Cultural Libertador Simón Bolívar).

1 comentario

  1. Un muy acertado comentario sobre una persona prepotente y vana, que perdió la oportunidad de servir a su Patria y brindar a su pueblo bienestar y tranquilidad, En vez de trabajar por el Ecuador, se dedicó a insultar y descalificar a toda persona que podría llegar a ser su rival. Insultador profesional, megalómano y farsante, que ahora es acusado de ser el rey de toda la red de mafia que se creó durante su Gobierno.
    Intentó destruir todos los controles y la defensa de la Patria. Atacó a nuestras fuerzas armadas y policiales, tanto, que luego tuvo que pedir que se forme una guardia alterna para protegerlo, ya que no podía confiar en las personas a las que él había ultrajado. Un falso valor, indudablemente con mucha popularidad. Un segundo Abdalá Bucaram en ese estilo grosero y patán de trato, que a las personas decentes les produce repugnancia y asco.

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