Lavar es limpiar, reparar, restaurar, de alguna forma UNIR. Con nuestras acciones podemos reparar nuestro pasado y la de nuestros antepasados que nos antecedieron.
Reparar a quienes estuvieron antes y unirnos a quienes vienen después de nosotros. Puedo hacer algo desde mi presencia por los que se fueron y ya no están y por quiénes aún no llegan.
Por eso poseo dos manos, se trata de DAR a quienes ya no están, que ya no tienen la experiencia de estar conmigo y a quienes aún no vienen y con quienes yo no estaré.
¿Dónde estoy yo? ¿Quién me puede ayudar?
El movimiento natural de todo lo existente es dar vueltas. La curva es nuestra obligación natural, es la única forma en la que el tiempo nos alcanza, nos incluye, existe.
Un estudio científico ha determinado que nuestras relaciones determinan nuestra felicidad. Buenas relaciones con nuestros vivos y nuestros muertos. De nuevo: una mano lava la otra. Así un tiempo lava otro tiempo, un tiempo sana otro tiempo.
Por eso, tú el otro, te digo: quiero servirte. Ignoró tus necesidades. Pero que bien que le hacen a nuestras necesidades saber que cuento con alguien que está dispuesto a ayudarme, aunque sea en deseos. Quiero decirte que tú eres muy útil: útil a ti mismo, útil a tu familia, útil a la sociedad y comunidad a la que perteneces. Estás palabras no son una cadena de oración a dioses o demonios, ni tienes que devolverla ni pagarla, son para ti. Unos están bien, otros peor cada día, pero el mal es estar sólo. No deseo soledad para ti. Estoy contigo, aquí, ahora, donde estés, con quien te halles. Perdóname, lo siento, gracias.
Así como he he quejado de la banalidad que aquí se escribe, del pobre contenido de los artículos, de los conceptos cerrados y bipolares, de la misma forma debo felicitar al autor del presente artículo….profundo, abierto y sano.
Había creído que en este blog solo escriben por escribir, estaba equivocado, hay honrosas excepciones.