La corrupción parece saltar por todos lados. Copio, de Diario Expreso del 28 de junio de este año, que “un antiguo miembro ejecutivo felicita por correo electrónico a los funcionarios cataríes por la concesión del campeonato y les agradece por una transferencia de varios cientos de miles de euros, sin aclarar su destino. El informe recoge también cómo dos millones de dólares de origen desconocido llegaron a la cuenta de ahorros de la hija de 10 años de un funcionario de la FIFA, o cómo la más estrecha colaboradora del entonces Presidente del organismo, Joseph Blatter, hizo campaña abiertamente en Catar para que se concediera un contrato a la constructora de su marido.”
Parece que se ha hecho costumbre en la vida de algunas Instituciones y en algunos Gobiernos, esta forma de trabajo. La persona que ocupa un cargo dentro de una Empresa, trabaja para esa Empresa, cobra su sueldo a esa Empresa y tiene la obligación de trabajar con honestidad, poniendo todo su esfuerzo para lograr la máxima productividad de la misma, y sin pretender ganar un centavo más de lo que es su salario, porque ese es el compromiso adquirido. Si no está de acuerdo, puede renunciar a su cargo o pedir aumento de sueldo, y la Empresa verá si le conviene más, subir su sueldo o buscar otro empleado. Exactamente lo mismo ocurre con los nombramientos del Gobierno, con el agravante de que el empleador es la población entera del país o región, y que los salarios son puestos por el Estado.
Todo lo que se consigue fuera de lo establecido, es corrupción, así se le ponga el nombre que se le quiera poner. Hay un viejo refrán que dice “por la plata, baila el perro; por el oro, perro y perra.”, indicando lo común que es este problema. Se puede querer buscar cualquier justificativo para hacerlo, pero no por eso deja de ser corrupción. Nuestro prócer, Olmedo, lo explicó claramente, y vale repetirlo hasta la saciedad para ver si así se queda grabado en el alma de nuestros compatriotas: “El poder público no es una propiedad que se adquiere, no es un fuero, NO ES UN PREMIO QUE LA NACIÓN CONCEDE; es una carga honrosa y grave, es una confianza grande y terrible, que lleva y consigue grandes y terribles obligaciones. El ciudadano investido del poder no tiene más derecho que el de tener mayores facultades para el bien, y la de ser el primero en marchar por la estrecha senda de las leyes; ni debe proponerse otra recompensa que la esperanza de merecer un día, por su moderación, por su constancia, POR SU CORDIAL SUMISIÓN A LAS LEYES, el amor de sus conciudadanos y la gratitud de la Patria.” Ojalá que quienes aspiren a ejercer algún puesto público, reflexionen sobre estas palabras y hagan honor a ellas.
Dicen que el mejor negocio es comprar a una persona por lo que vale y venderla en lo que él cree que vale, y mientras más prepotente sea, el precio se centuplica. El pensamiento de creerse mucho es quizás parte de la liviandad de varias personas que se creen con derecho, por ocupar determinados cargos, a recibir coimas o regalos.
Es posible que, como un solo partido político tiene todos los poderes, las investigaciones queden en nada. Eso no quita culpabilidad, si la tienen, a los involucrados en estos actos de corrupción. La falta de sentencia, no hace inocente al culpable.
Si el maestro enseña la ley y la trampa(maña) a sus alumnos…. y no precisamente predica con el buen ejemplo, entonces sus discipulos se hacen a imagen y semejanza
José Fernando:
Lo que tu dices es la pura verdad. Lamentablemente, el criterio que prevalece es el contrario. Nuestro vicepresidente se siente que no tiene ninguna culpa, cuando esto es falso. Ojalá se fuera creando conciencia, a todos los niveles, sobre la moralidad que debe existir en todos los actos de la vida.
Agradezco los comentarios de Hugo y Armando.
Cuando todo el poder recae en una sola persona o en un grupo, la impunidad es, desgraciadamente la norma, y si aparte de eso, se permite la presión de los gritos y la masa, no existe justicia que pueda prevalecer.
Mucho me temo que el río de corrupción que aparentemente, por todas las denuncias, hemos vivido, va a quedar en nada, sin malhechores en la cárcel, Quizás los más giles, o los de «poca monta», pero los organizadores, aunque se pruebe, seguirán libres.
ACLARACIÓN PARA QUIENES GENERALIZAN CONCEPTOS:
El hecho que unos cuantos miserables hayan manchado la bandera de la A.P. no quiere decir que todos somos pillos. El 99,99% somos gente honesta, honorable y a toda prueba, jamás estuvimos en un cargo público, tampoco nos beneficiamos con un contrato de 100 dólares, hemos trabajado 35 años en la empresa privada, tenemos las manos limpias y con callos. Para hablar de honradez hay que presentar una hoja de vida limpia y no lanzar estiércol con ventilador, eso es de miserables.
Soy uno de los miles de ciudadanos que fundamos Alianza País en el 2005 y me siento ofendido por tanta infamia que se vomita aquí, permitida con la anuencia del Director de este Blog.
Emplazo a los cobardes que aquí generalizan sus ofensas. a un debate público, en el medio que escojan, o en el lugar que elijan, solos y sin guardaespaldas, para reafirmar conceptos, mirarnos de frente y tener el gusto de conocerlos.
La invitación está en pié. Dejo mi dirección para los detalles:
vrodrigo_ramos@hotmail.com
Los cobardes son almas errantes, cuerpos sin vida, lanzan su veneno pero mueren de inanición, sin capacidad para mirar de frente, tiemblan de miedo de su propia sombra.
Muy estimado Rodrigo:
Primero que nada, le agradezco el haber incuido su correo, lo que me permite contestarle.
En segundo lugar, quiero felicitarlo, por lo que describe de usted. Por lo que veo es un hombre honesto, serio, trabajador, y rechaza, como hombre de bien, la corrupción, que desgraciadamente, parece que se la quiere entronizar en el país.
Lo invito a releer el artículo. Cierto es que puedo cometer errores, como cualquier ser humano, pero en este caso, no estoy generalizando. Yo pongo al final: «Es posible que, como un solo partido político tiene todos los poderes, las investigaciones queden en nada. Eso no quita culpabilidad, si la tienen, a los involucrados en estos actos de corrupción. La falta de sentencia, no hace inocente al culpable.» Como puede ver, en ningún momento generalizo. «Es posible» no es decir que todos los de Alianza País sean pillos o deshonestos. En todas partes se cuecen habas. Pillos y aprovechadores hay en todos los partidos políticos, y la única forma que tienen de lograr ganar los directivos, es aceptarlos a todos.
El mayor error que se comete es taparse el sol y querer defender a rajatabla, la actuación de alguien, ya sea porque es mi amigo, o es de mi partido. Eso no le da a nadie patente de corso para destruir o hacer lo que sea. Las ideas, las ideologías, pueden ser buenas o malas, lo que las hace malas, es la defensa de ellas, cuando van reñidas con la moral, la ética y las buenas costumbres. Cada persona es libre de pensar para sí, como quiera. Pienso que mi derecho o el derecho de cualquier persona, termina donde comienza el derecho de los demás. Puedo discrepar con alguien y seguir teniendo una entrañable amistad, siempre y cuando nos respetemos mutuamente. El abuso, el querer imponer mi criterio sobre el de los demás, es aberrante. Eso está mal. el hombre es libre y debe ser libre. En este mismo artículo, copio textualmente las palabras de Olmedo, refiriéndose al poder público. Esa es la forma decente, la forma honrada, de proceder del hombre de bien. “El poder público no es una propiedad que se adquiere, no es un fuero, NO ES UN PREMIO QUE LA NACIÓN CONCEDE; es una carga honrosa y grave, es una confianza grande y terrible, que lleva y consigue grandes y terribles obligaciones. El ciudadano investido del poder no tiene más derecho que el de tener mayores facultades para el bien, y la de ser el primero en marchar por la estrecha senda de las leyes; ni debe proponerse otra recompensa que la esperanza de merecer un día, por su moderación, por su constancia, POR SU CORDIAL SUMISIÓN A LAS LEYES, el amor de sus conciudadanos y la gratitud de la Patria.” Si alguien, en el poder público, no procede en esta forma, él mismo se está poniendo la soga al cuello, con el agravante de que, el que lo encubre, es cómplice.
Jamás ha estado, en ninguno de mis escritos, algún afán de generalización. Siempre me cuido de evitar que alguien pueda sentirse herido, a menos que él mismo se sienta culpable, ¡si eso ocurre, él sabrá porqué es!
Lo invito a dialogar y cruzar ideas. No pretendo cambiar a nadie, Mi afán es encontrar la verdad, dentro de los cánones del respeto mutuo, de la moral, y de la sinceridad.
Un fuerte abrazo
JFGR