Dicen que en esta vida siempre hay un antes y un después. Los ecuatorianos tenemos que hacer un análisis de lo que representó el Correismo en sus 10 años, lo que llaman la década ganada. La herencia que dejan a quien hoy tiene en sus manos implementar un cambio, es funesta. Como ya lo indicó Lenin, la mesa no quedó servida.
Los Correistas sostienen que antes de la década ganada, el país se encontraba sumido en la larga noche neoliberal. La partidocracia representaba una vergüenza histórica. Correa llegó a fundar el Ecuador, ¡qué ironía! Se va dejando un país desintegrado, inmerso en la desocupación.
El gobierno Correísta opresor por excelencia, fomentó el odio, la lucha de clases y la pérdida de valores éticos y morales, sus efectos son inobjetablemente palpables al recorrer el país. La delincuencia y el tráfico de drogas encontraron tierra fértil donde encajar sus raíces.
La corrupción se va destapando con la libertad de expresión e investigación. El cambio propuesto por Lenin de diálogos y puertas abiertas, hacen pensar en un país diferente. Mas las diferencias que aún demuestran los acólitos del régimen anterior, se evidencian en la asamblea y en la despedida al tirano, con lloronas y gente que asistió por una paga y sanduche.
La gente fue movilizada a Tababela en buses de diferentes provincias con dinero de los ecuatorianos. El empleado público de libre remoción debe poner obligatoriamente su cuota a los verdes Flex, caso contrario su cargo peligra. Esperemos que esta práctica cambie con el nuevo gobierno.
Las obras del anterior gobierno pasarán a la historia en tanto y en cuanto logren cumplir a cabalidad los objetivos por lo que se construyeron; pero lo que no podrá recuperarse es el daño causado a los bolsillos de los ecuatorianos y a la juventud en el consumo de drogas.
El viaje al ostracismo de Correa junto a su gato, hacen especular que como señala Lenin, se respire libertad; que el comportamiento ovejuno tienda a desparecer por la falta del pastor, dando como resultado la división y dispersión del rebaño. Con las ovejas descarriadas, es más fácil reunir algunas y mostrarles un sendero diferente. Las de color negro están identificadas y serán relegadas.
Lenin Moreno se enfrenta al desafío del DESPUES. El tiempo para poner en marcha los ofrecimientos de recuperar al país, corre inexorablemente. Hoy se conoce la realidad de la quiebra del país y hay que meter el hombro.
