Vidrio roto

Ya no hay quién pueda de manera sensata sostener la inocencia del sin funciones. Se mantiene con respiración asistida aferrado al cargo, para tener de cierta manera, una especie de paraguas protector contra la avalancha legal que pronto deberá enfrentar. El vidrio se ha roto y no hay quién lo arregle.

Nada de quejarse de persecución política, sería un descaro apelar a una excusa tan barata. El proceso legal debe continuar sin que les tiemble la mano contra todos los responsables del atraco del siglo.

Por otro lado está el presidente de la República, que se muestra complaciente y presto a atender las necesidades que varios sectores de la sociedad han dirigido para que sean tomadas en cuenta. Esa es la actitud correcta, se debe entender claramente las necesidades reales que tiene el Ecuador y no únicamente cumplir con las obras y actividades que traen bombos, platillos, popularidad y hasta votos.

Mientras el presidente de la República lucha su batalla para lograr conciliar con sectores sociales, políticos, laborales, empresarios, entre otros, por otro lado también debe asegurarse de que los funcionarios de las diferentes dependencias del Estado sigan su línea de conducta para el desarrollo del proyecto que quiere implementar.

Sería preocupante que algún funcionario, persiguiendo fines particulares y para desviar la atención de los casos de corrupción, enfile alguna campaña de persecución a las que la administración anterior nos tenía acostumbrados, haciendo tabla rasa de la ley. Los principales organizadores de los varios “shows” mediáticos en la administración pasada fueron los tributarios y laborales, por lo que creo se debe poner mucha atención a la actuación de estas dependencias en momentos tan delicados.

Todos en el actual gobierno, deben tener claro que es el tiempo de unirse para trabajar en equipo; la lucha es contra la corrupción que se enquistó hasta el tuétano en la década pasada. La limpieza tiene que ser profunda para extirpar de raíz ese viejo mal que nos dejó la peor administración que ha tenido el Ecuador durante su vida republicana.