Los actuales gobernantes son los mismos que durante diez años dieron rienda suelta a una indiscriminada manipulación de la institucionalidad del país. Setenta casos de corrupción de gran envergadura con una interminable lista de funcionarios involucrados de prácticamente todos los estamentos y funciones del Estado, diversos agentes privados, tanto extranjeros como locales, son el resultado final del “milagro ecuatoriano”. Todas las traiciones a la Patria cometidas a lo largo de la vida republicana del Ecuador son insignificantes al compararlas con la violación de la nación perpetrada por la Revolución Ciudadana y el Socialismo del Siglo 21. Es indiscutible que culpables existen y si Alianza PAIS no se sintiera aludido, conveniente sería que diera un paso adelante y manifestara entonces quiénes son los responsables.
Moreno es políticamente punible por lo sucedido en su entorno de poder. Está en evidencia que sin ser funcionario público recibió fondos del erario nacional durante su permanencia en Suiza. La gravedad de la situación político económica requiere que Moreno le explique hoy al país, ¿qué, cuánto y cuándo supo de todos los crímenes perpetrados desde el Gobierno hacia el Estado y sus ciudadanos? Si la arogación de funciones con fines judiciales de aprehensión fuese permitida, no tendría que mirar más allá de su propio entorno e incluso buscar quien lo peine.
La conclusión lógica es que Moreno y quienes lo rodean han sido y son parte del problema y por ende no son, ni pueden ser, parte de la solución.