21 noviembre, 2024

Necesidad y Requisito de una Asamblea Constituyente para re-hacer el Estado de Derecho

Respeto siempre toda opinión ajena a la mía, cuanto más la de considerados y apreciados amigos; sin embargo conservo intacta mi modesta opinión.

Comprendo que aún no se cumplen 3 meses del cambio de gobierno, y que se ha avanzado mucho en que el nuevo gobierno acepta y respeta la opinión ajena, no obstante que la Supercom continua censurando y molestando lo que a su juicio totalitario no le parece pertinente, como el otro día lo hizo contra la opinión que el inteligente y acertado jurista Dr Enrique Herrería B. había  expresado públicamente. En otras palabras le molestaba y censuraba la libre opinión ajena porque no calzaba en el criterio estatista.

Desde la proclama de Jefferson el 4 de Julio de 1776 en Filadelfia, Estados Unidos, se reconoce el derecho humano y natural de la libre expresión, y que los ciudadanos debemos obedecer y respetar las normas jurídicas legitimas de la autoridad, siempre y cuando éstas no sean abusos y extralimitaciones de facultades que son requisitos obvios para que las leyes tengan fuerza de obligatoriedad.

No dudo que en la Asamblea hayan personas capaces, honorables, con sólidos principios éticos y jurídicos que buscan lo mejor para los intereses del Ecuador; pero el sistema institucional jurídico que vivimos, en mi  opinión demanda cambios para buscar auténtica libertad, progreso, para mejorar y tratar de buscar y encontrar el bienestar común de todos los ecuatorianos, en la medida que fuere posible.

Durante 10 años hemos vivido una demagogia política fuera de lo común, y el exagerado gasto público sin precedentes. Es necesario empezar a corregir enseguida, sin dilatar más el tiempo, asuntos vitales como la libertad de expresión, derogando la malhadada ley de comunicación; la económica, derogando la ley de plusvalía que aleja la inversión en desarrollos de construcción en proyectos de turismo,  habitacionales, de oficinas, etc.

Presidente interino fue designado el Sr. Clemente Yerovi Indaburu, y la  Asamblea Constituyente de 1966 nombró  de Presidente al Dr Otto Arosemena Gómez. Es un antecedente jurídico para recordar que es necesario tomar en cuenta para retornar a un verdadero Estado de Derecho. Personalmente considero que es válida la selección natural de las especies como sostuvo Darwin, pero en la situación política actual  ecuatoriana eso no se dará naturalmente, sino a través de una Asamblea Constituyente, que es el vehículo idóneo para ubicar nuevamente a los ecuatorianos  en un verdadero Estado de Derecho (no de derechos).

En la actualidad, el mismo señor Presidente de la República, Licenciado Lenin Moreno podría convocar a la Asamblea Constituyente y actuar de Presidente de la República. Tan acertada actitud sería eternamente reconocida, toda vez que se lograría rehacer un verdadero Estado de Derecho, acorde con los tiempos en que vivimos.

Hasta que se dicte la nueva Constitución (que debería ser pragmática, declaratoria de principios éticos, jurídicos, reconociendo los Derechos Humanos, las tradiciones, el imperativo categórico del “deber ser”) se puede poner en vigencia la de 1945, o de 1998.

Coincido contigo que deberá haber verdadera “división de Poderes” con pesos y contrapesos como es la Constitución de los Estados Unidos de América, con sistema de gobierno Federal, descentralizado, como idearon dos políticos ecuatorianos, guayaquileños: José Joaquín de Olmedo y Vicente Rocafuerte, después de la Revolución del 6 de marzo de 1845.

Comprendo que la situación económica del país es preocupante, y nadie quiere que únicamente sobrevivan los más fuertes, pero en mi opinión el momento jurídico político que vive el Ecuador hace indispensable una Asamblea Constituyente que haga renacer el Estado de Derecho, y se proceda contra quienes destruyeron a la Patria.

No es un lujo hacer lo debido, cuando se debe hacer; es una imperiosa necesidad, ya no es posible seguir  “remendando”  lo que está mal hecho, a base de Consultas Populares con temas concretos y específicos que terminan siendo de resultados más políticos que jurídicos: El Ecuador requiere una Asamblea Constituyente con Senadores, mayores de 60 años con experiencia de vida en temas jurídicos, económicos,  políticos, sociales, comerciales, industriales, agrícolas, etc.; personas idóneas con currículo de vida en honestidad, probidad y eficiencia, y; jóvenes Diputados, con naturales ideales y pasiones, aunque concurran artistas y otras personas populares con escasos conocimientos de los temas que deben tratarse.

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