Han transcurrido los primeros 100 días del gobierno de Lenin y parecería que la velocidad con que tomo sus primeras decisiones la está perdiendo; se nota cierta lentitud que preocupa. La oposición que estaban al borde del llanto y son de su movimiento, han vuelto a sonreír con esa risa socarrona propia del sinvergüenza,
El tren de la historia pasa solo una vez y está a punto de perderlo. Si lo que ambiciona es que el país cambie, vuelva la tranquilidad, la institucionalidad y vida democrática, debe apresurarse y no permitir que las ovejas que se descarriaron se junten y vuelvan a ser el rebaño que obedece a las disposiciones del pastor radicado en Bruselas.
El combate a la corrupción le dio una alta aceptación ciudadana, la está desaprovechando. El Fiscal General y los jueces que siguen consignas de dilatar las causas, no están de su lado. No sería raro que terminen arguyendo que no encuentran los suficientes elementos probatorios como para dictar fallos condenatorios.
El posible llamado a Consulta fue lo último esperanzador que a dicho Lenin y ha sido bien recibido por un altísimo porcentaje de ecuatorianos. Los obstáculos será muchos. Tiene una Corte Constitucional que responde al gobierno anterior y es manipulada por los asambleístas de País y otros correistas que actúan tras bastidores, en la oscuridad.
Lenin tiene que sacudirse de los enemigos enquistados en el gobierno. Toda acción a realizar es comunicada a sus excompañeros y a Bruselas. Esta secuestrado en Carondelet. Los principales ministerios están en manos de correistas recalcitrantes.
El tren de la historia está pasando, aún tiene chance de subirse. Quienes no votamos por él hemos visto con buenos ojos sus intenciones de sacar al país de la postración, sus intenciones parecen auténticas.
El vagón de la esperanza aún no ha pasado. Los más próximos son los que contienen lastre, cargados de inmundicia y van muy lentamente. Otro tiene barrotes, una sola puerta pintada de verde Flex y se está llenando de bandoleros de poca peligrosidad, faltan los forajidos, los cabecillas que planificaron la mayor debacle económica de todos los tiempos.
Cuidado pierde el último vagón y nos jodemos todos. Regresamos a la intranquilidad, el insulto, la vejación, el tráfico de drogas y a mayor endeudamiento. Ecuador pasaria a ser un paria de los acreedores. Es la última oportunidad de rescatar al país de manos de la corrupción e incapacidad. Hay que evitar que el destino sea Cuba o Venezuela.
Se necesita ver la luz en el fondo del túnel.
Un buen punto de vista estimado Capucho.