23 noviembre, 2024

Los comepan

Lenín fue el refugio de Correa para huir de una catástrofe anunciada y sin precedentes, pero no precisamente por el acecho de la opinión pública a la corrupción de su Gobierno, ni por las cuentas que el mercado facturará por su pésima conducción económica, sino más bien para no enfrentar el riesgo de perder una elección. Alianza PAIS era Correa, pero Correa no era Alianza PAIS. Correa era apenas Correa. Siguiendo el lema de Odebrecht, “Influenciar para ser influenciado”, las limitaciones de Lenín, físicas y de otras índoles, no fueron obstáculos para que tanto el maquiavélico jefe como el no menos susceptible subalterno se usaran mutuamente para fines personales. Es evidente que AP no es Lenín y difícilmente lo será. Correa es el líder ausente del movimiento, desde siempre apenas un rebaño de borregos, que ya no tienen qué pastar e intentan sobrevivir de la retórica de las promesas. Ante la falta de apoyo político interno, la imposibilidad de asimilar a AP y la dificultad para estructurar un movimiento propio, la ruta más corta es descalificar a Correa para así influenciar políticamente sobre quienes conforman la institucionalidad de la nación.

La realidad del país es grave, preocupante y la limitada consulta popular poco conseguirá, excepto quemar tiempo que Lenín no tiene. El país necesita resolver su escandaloso problema político para entonces aplicar un sólido plan de reestructuración económica. Pues ni lo primero se avizora, peor lo segundo. Parafraseando a los isleños, estos son realmente unos comepan.

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