24 noviembre, 2024

¿Y los Maestros? … ¿Qué?

¡Sí! Nos duele a los maestros, cómo nos han minimizado por estos 10 años, esperando que, como lo dijera en un artículo pasado “No hay mal que dure más de 10 años”.

Mas, todavía no vemos brillar esos albores de esperanza-

Empezando por las tales vacaciones quinquemestrales últimas, dadas solo para los alumnos y no para los maestros. -¡Ellos, que sigan trabajando!  De ahí mi expresión ¿Y los maestros?… ¿Qué?. Cuando ya creíamos y esperamos que haya cambios; aunque con algunas de las mismas personas dirigiendo la educación del País, nuestra esperanza está aún latente…

Son gente que no saben lo que es enseñar en un periodo diario, qué a más de impartir conocimientos, hay que atender las necesidades sico-emocionales de los niños, púberes y adolescentes en desarrollo, que demanda un gran esfuerzo en el  que tiene que ver no solo la parte instructiva, sino la formativa, que los momentos del siglo exigen mucho más del maestro.

Atendiendo desde 50 alumnos por grado durante 5 o 6 horas en la escuela pública y en Colegios en general, suman cientos diariamente, para los profesores fiscales o particulares, que cuando son de especialización-  desde Matemáticas a Música- salen de una aula a otra, dictando su cátedra; a más de revisar deberes, calificar pruebas, ect., etc. Que incluso deben llevar trabajo a casa para hacerlo.  Sin contar los que para completar su presupuesto familiar, dan clases en establecimientos con otro horario, o a alumnos particulares.

Y con ello, todo lo que fue su vía crucis, en estos años, en el que participaron y lo siguen haciendo, realizando la gran carga administrativa a cumplir; elaborando informes, que por Institución llegan a cientos y quién sabe miles de hojas, -que difícilmente los leerán las autoridades; ya que a veces las dejan insubsistente de un día a otro, al vaivén de los cambios de personal suscitados desde “arriba”; por lo que hay obligación de ir a recibir nuevas instrucciones, que casi siempre las dan personas, que nada tienen que ver con educación.

Y qué decir de casos como el de llegar al Distrito a una reunión convocada con urgencia, “dentro de 24 horas” y no se realiza porque la persona encargada no llegó de Quito…

¡Basta ya de tanto abuso! Hay que pensar en el maestro como un ente humano social, que necesita a más del descanso, el tiempo que como padre o madre debe dedicárselo a su familia: disfrutar con sus hijos o el poner orden en su casa, tan dejada a menos, porque cumplidor de su trabajo, sale de ella temprano en la mañana y regresa, casi extenuado, en la tarde o noche.

Todo ello, sin dejar de mencionar a los maestros, directores, rectores, secretarias de los Colegios, que dedican horas extras de sus horarios, para cumplir con los informes a los Distritos -Instituciones que, dicho de paso, creemos sufren también la presión “desde arriba”-

Todo ello y más, hace que baje la calidad educativa del maestro en el aula.

Y entonces repito ¿Y los maestros? … ¿Qué?.

(¡Albricias! Hoy leí la noticia –que el Ministro de Educación, habla de eliminar dicho trabajo administrativo, para los profesores…)

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