Cinco meses para unas tibias medidas económicas dejan en evidencia la pretensión de Lenín por consolidarse políticamente a expensas de una necesaria reestructuración económica. La vicepresidenta (e) Vicuña, excorreísta y ahora leninista, con discurso ligado al vaivén de las oportunidades, aunque revolucionaria al fin, es la antítesis del mercado al que luego de diez años Lenín sigue dando la espalda en pos de un efímero apoyo popular.
Las verdaderas aperturas políticas son preludio de reestructuraciones económicas exitosas. Sin embargo, en la tesis del nuevo Gobierno, la retórica izquierdista del estatismo sigue pesando más que el sentido común. Los ingentes ingresos del Estado sencillamente no sustentan el desorbitado gasto que el Gobierno genera. Más que impuestos, se necesita cortar gastos y atraer la inversión extranjera, pero sin seguridad jurídica nadie arriesgaría en Ecuador cuando la productividad es mayor en otros lares.
Las propuestas de Lenín tienen un perfil estrictamente recaudatorio que solo profundizan la notable brecha existente entre el Gobierno y la ortodoxia económica. La derecha (llámese mercado) no es perfecta, pero la izquierda lo es menos aún. Para ser competitivos se requiere reestructurar la economía, desregularizar el Estado e institucionalizar la nación. Los teóricos aún no consiguen probar que el Estado sea capaz de producir más que el libre mercado. Estos últimos diez años son testimonio de un monumental fracaso económico, ¿por qué insistir en lo mismo?
El fracaso económico está a la vista , nueva emisión de 2.500 millones en bonos, a que interés?. Otra vez empeñamos el oro para obtener 500 millones asi mismo a que interés?. Hasta cuando no se prepara un programa económico verdadero y no medidas parches como las emitidas últimamente.
Moreno mantiene el mismo equipo económico del gobierno anterior, ejecutor directo de un modelo de nocivas políticas económicas que destruyeron la confianza y seguridad para invertir, llevando a la economía a la ruptura de su sostenibilidad fiscal y estancamiento. Es el mismo equipo económico que construyó un Estado ineficaz, anticuado y megalómano que produjo un crecimiento frenético en el gasto público, para luego endeudar al país fuera de todo límite razonable y en condiciones inaceptables; es el equipo económico que en contravía del progreso, introdujo tasas, restricciones comerciales, aranceles e impuestos que encarecieron sustancialmente el país, mientras prácticamente liquidaban la competitividad y productividad empresariales; es el equipo económico que cree y proclama que para proteger la dolarización hay que ratificar éstas y otras de sus prácticas sin otro sustento que su arrogante incompetencia profesional y desconocimiento técnico; es el equipo económico que luego de más de cien días de diálogos en el Consejo Productivo, Consultivo y Tributario que creó el propio gobierno no tiene ningún remordimiento en presentar unas propuestas económicas que se ocultaron a sus participantes; es el mismo equipo que sin ningún rubor elabora esas propuestas para que las familias y empresas ecuatorianas se encarguen de pagar los costos del descalabro económico y social que produjeron en la última década.
YA SE DECLARÓ SOCIALISTA (CAMUFLAJE DE COMUNISTA) POR LO QUE NO DEBIERA LLAMARNOS LA ATENCIÓN, NI SIQUIERA SE PRONUNCIA EN CONTRA DE LA DICTADURA VENEZOLANA NI CUBANA.
POR EL MOMENTO NO HAY ESPERANZA ALGUNA PARA EL ECUADOR.
No queda otra cosa que decir que es lamentable lo que está sucediendo. Sigue el actual presidente la misma receta que el anterior; al paso que vamos nos van a esquilmar. La gente no tiene dinero y por eso no puede comprar. Los negocios están cerrando o reduciéndose. Es imperativo introducir cambios en el manejo económico pronto, de lo contrario, todos sucumbiremos.