La Nueva Constitución Política del Ecuador era una obra tan propia de Olmedo, como lo habia sido la primera, aunque mirando ya a la Nación como un Estado propiamente constituido. Su discurso comenzaba asi: «Llamados por la voz de la Patria, venimos a empezar hoy el arduo ministerio de dar una nueva existencia al pueblo del Ecuador, asegurar sus derechos y promover su felicidad». Rocafuerte emprendió su obra elemental de educación que precisaba un pueblo civilizado.
Quien primero y con mas furia denunció el grado extremo de absolutismo de Flores, sin lugar a duda fue Vicente Rocafuerte, calificando la constitución resultante de «Carta de Esclavitud» de los Ecuatorianos a un amo extranjero.
No sabemos con certeza si Rocafuerte pudo entrevistarse con Olmedo en Guayaquil, al fugar a Lima. Lo que si es cierto es que los dos coincidieron plenamente en la necesidad de derrocar, a Flores antes de que este hiciese de la República del Ecuador un feudo de su exclusiva propiedad.
En Guayaquil fue donde se concentró la oposición en torno a Flores. Esto sucedía cuando ya una mortífera enfermedad pronosticaba la cercana muerte de Olmedo. Pero él se había levantado del lecho del dolor… con la idea de rescatar su patria del poder de la tiranía.
En realidad, solo su aspecto al aparecer en público debió despertar el heroísmos en los jóvenes y viejos. El general Elizalde, Urbina y Rocafuerte cooperaron estrechamente con Olmedo.
Dice Rocío Rosero Jácome: «Hasta 1839 Olmedo fue el Asesor presidencial de forma directa y presencial. De 1830 a 1835 actuó mas frontalmente y luego indirectamente, a través de Rocafuerte; por lo que, en los Congresos, reuniones y demás eventos políticos nacionales y externos, fue Olmedo quien organizó e intervino y siempre lo hizo bien; mejor dicho, el país estaba gobernado tras bastidores por este personaje».
Olmedo así como Rocafuerte se opuso a las concesiones graciosas de Flores en el aspecto económico, así mismo se oponían ambos a la Sierra por ser valuarte conservador.
Rocafuerte advirtió a Flores que Quito era el centro de las oposiciones: «En cuanto al patriotismo de los quiteños, es tan variable como la atmósfera que cubre al Pichincha, y nadie puede fiarse en la estabilidad de sus sentimientos y firmeza de sus opiniones. El mismo señor Valdiviezo ha sido republicano, monarquista, servil, liberal, anarquista, amigo de usted y enemigo suyo, y hoy que tanto le adula. ¿Quién sabe con que objeto? ¿Y en que disposición se hallará en el año 41?…
Nota: A quienes estén interesados en participar con documentación histórica u opiniones que hagan referencia al Bicentenario de la Independencia de Guayaquil, los invitamos a enviar sus aportaciones a nuestro correo: bicentenario@desdemitrinchera.com
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