Se ha venido desarrollando una nueva profesión, que al parecer es muy lucrativa. Ya se conocía desde hace años. Recordamos algunos de los millonarios que han desarrollado sus fortunas por esta profesión.
Ahora, con el último referéndum parecería que se va a poner coto a esta forma de vida y de hacer riqueza, pero eso va a depender y mucho, de lo que haga el Gobierno actual, para enterrar la corrupción de una vez por todas, lo que aparentemente no está ocurriendo. Hablar del tema, solamente ayuda a encontrar más excusas para discutir y defenderse, echando la culpa a las acusaciones, que se las rechaza como falsas y plantar de esta forma las investigaciones. Desgraciadamente, ante el pueblo, el hecho de que el uno diga que el otro ha mentido, puede llevar a que unos digan que se lo está calumniando y otro que se lo ha descubierto. El punto clave, la cereza del pastel, es la pregunta de mi buen amigo el Dr. Vladimiro Álvarez Grau: “¿Dónde está la plata?”, y la respuesta a esa pregunta la sabemos todos. Nadie es tan tonto como para dejar rastros fáciles, y por eso la argolla de corrupción ha involucrado a tantos actores, en los que unos han querido ganar más que otros, y ahora nadie sabe quién tiene algo. Algunos peces pequeños han sido condenados a vomitar (y veremos si lo hacen), pero los medianos y grandes ya han salido del país, o están en silencio esperando que esta cacería de brujas termine.
Aparentemente, por la forma como el Gobierno actual está obrando, sólo quiere que a base de decir que hay diálogo con la oposición, se mantenga ese “statu quo” tan conveniente para los miembros del Gobierno anterior, que querámoslo o no, continúa gobernando. La falsa pelea del sí y el no, lo demuestra. Miren el grupo que está en el Gobierno: aparte de unos pocos que se han puesto como fachada, los puestos claves continúan igual, o en manos del mismo grupo. ¿Cuál es el cambio?
La política ha pasado a ser el modus vivendi más lucrativo. Ser simpático, y conocido (como sabiamente decía Abdalá: “que hablen de mi, bien o mal, pero que hablen”). La gente recuerda el nombre, no lo que hizo. Me acuerdo de un genial compañero de Universidad, que en broma, repetía siempre: “Para triunfar en la vida, hay que ser inteligente, y yo soy inteligente. Para triunfar en la vida hay que ser audaz, y yo soy audaz. Para triunfar en la vida hay que estudiar, y yo soy audaz.” Éste parece ser el pensamiento de muchos de los que se dedican a este modus vivendi.
Todos piensan en su acomodo y en el de sus amigos. Nadie piensa en las necesidades del pueblo. Sólo usan al pueblo para salir electos y luego, con bonos compensan lo que les roban, dando salud y educación dizque gratuitos y de mala calidad. Lo que necesita el país para crecer y desarrollarse, es que el nivel económico suba, es decir, educación verdadera, de calidad, y con la excusa de que eso tarda muchos años, postergan el inicio de lo que es elemental.
Estupendo!!!
Lo que tu dices, José Fernando, es la pura verdad. Ojalá haya gente audaz y con gran espíritu de servicio que esté dispuesta a sacrificarse en beneficio del país. Solo así podremos salir adelante. Lo demás son pamplinas. Estarías tú dispuesto a hacerlo?
Ojalá los nuevos miembros del famoso Consejo de Participación tomen el toro por los cuernos y limpien la administración de la camarilla correista, pues sino no habremos conseguido nada.