23 noviembre, 2024

«Patrimañas»

Un medio de comunicación realizó una investigación sobre la trayectoria y “las cuentas” de los miembros del gabinete del actual presidente de la República, donde constan entre otras cosas, la formación académica y el patrimonio que estos declaran.

El reportaje encierra detalles de los más variados e inverosímiles. Unos denotan a simple vista razonabilidad en sus declaraciones; sin embargo, otros personajes se fueron al lado opuesto de la orilla, mostrando declaraciones patrimoniales que son simplemente una burla, al filo de la grosería, por decir lo menos. Patrimonios de unos cuantos miles de dólares, luego de haber trajinado como profesionales por varios años, resultan absolutamente impresentables.

Dice un sabio refrán popular que “el que nada debe, nada teme”; y otra ley dice que “incurre en defraudación tributaria la persona que simule, oculte, omita, falsee o engañe a la Administración para dejar de cumplir con sus obligaciones o para dejar de pagar en todo o en parte los tributos realmente debidos, en provecho propio o de un tercero”.

Una de las prácticas ilegales más comunes es la de utilizar a personas naturales o jurídicas, simulando actos como “donaciones a familiares” que ni siquiera tienen la capacidad económica para mantener los bienes recibidos, con el fin de evadir el cumplimiento de las obligaciones tributarias. En la práctica resulta que el patrimonio de ciertas autoridades no guarda relación con su estatus de vida.

Los ecuatorianos no estamos ciegos y gracias a la prensa independiente nos damos cuenta de que ciertas despreciables mañas simplemente no cambian.

Se deberían disponer auditorías a los patrimonios de todos los funcionarios públicos de este y del gobierno de la década perdida, para que se determinen sus realidades patrimoniales y las fuentes para haberlas logrado.

Deben comenzar acciones legales sin contemplación, contra cualquier servidor que haya aprovechado su posición para lograr ingresos ilegales y transformarlos en bienes manchados de indecencia, a cargo de unos cuantos testaferros. ¡Cero tolerancia a las patrimañas!

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De espaldas al mar

Para querer hay que conocer; para conocer un lugar hay que vivirlo, estudiarlo, sentirlo y entenderlo. Solo queriendo, con conciencia y conocimiento nos podemos comprometer y ser parte del lugar.

Ayer envié a comprar gasolina para salir en un bote a pasear y pescar con mi hijo, quien está acá de vacaciones acompañado con un amigo, y no me vendieron, está prohibido. No entendía por qué y me indicaron: “Decreto No.: 1470 Rafael Correa Delgado, Decreta: Art. 1. Las embarcaciones privadas para uso particular y de pesca deportiva, a nivel nacional, de bandera nacional o extranjera, deberán pagar los precios del mercado internacional. Dado Palacio Nacional, etc., etc.” Le pregunté a la Jefe de la Gasolinera si esto se aplica para un bote pequeño de madera con un motor de 40 caballos y me dijo: “ir a pescar o pasear es de pelucones y debemos acogernos a las disposiciones del Decreto, salvo que sea menos de 2 galones de gasolina”.

Indistinto a la cantidad de personas que vivimos acá, uno de los tantos factores causantes del deterioro en la calidad de vida dentro de las aéreas no protegidas que comparte esta excepcional región, es también no haber entendido que los comportamientos humanos no se los controla con prohibiciones o con creación de leyes especiales, sino en establecer claras políticas y lineamientos definidos en la planificación regional, acciones que en su momento no supimos hacerlas correctamente
dejando sin dirección clara a dónde queríamos llegar.

Ecuador quebrado

La propaganda gubernamental a nivel nacional e internacional se refiere a un milagro ecuatoriano. Sin embargo, ¿existe milagro en un país con más y más impuestos, des-aceleración económica, eliminación de subsidios, resurgimiento de la inflación, déficit fiscal insostenible, deuda en crecimiento y con su principal riqueza dilapidada?

El crecimiento económico en 2011 fue 7.8%; en 2012, 5.1%; en 2013, 4.5%; para 2014 está proyectado en 4% y en los años venideros no podrá ser sostenido con el esquema económico del Gobierno actual, puesto que el motor del crecimiento de años pasados, el gasto público, no será posible mantener, como se le ha advertido a este Gobierno de forma continua y constante, ya que, como es evidente, la bonanza ha terminado, a tal punto que se está adquiriendo deuda para pagar deudas pasadas (capital e intereses).

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