A pesar de todo pronóstico negativo por los acontecimientos que siguen saliendo de la década corrupta que vivió el país, los ecuatorianos debemos conceder al Presidente Moreno, el beneficio de la duda.
Muchos van perdiendo las esperanzas de que el país logre salir de la triste y vergonzosa situación que está atravesando. La corrupción se desborda cual cloaca inundando de fétidos olores todo aquello que en algún momento los bandidos de AP vendieron como logros y obras.
Ciertas aptitudes y declaraciones de Moreno dan a pensar que efectivamente aspira combatir la corrupción y efectuar una cirugía mayor. Los vergonzosos hechos en los que están inmersos el Fiscal, el ex Contralor y el Presidente de la Asamblea obligan al gobierno a tomar acciones y dejar a un lado la ambigua retórica.
La conformación del Consejo de Participación Transitorio; las revelaciones sobre el 30S, y la posible restructuración de las Comisiones de la Asamblea, deberían permitirle al gobierno emprender las acciones que el país necesita de urgencia.
Políticamente el Ecuador es un asco. Los cambios en el gabinete y las decisiones económicas no esperan más. La visita del Subsecretario de USA, fue muy positiva, pese a la disconformidad de la Cancillería. La oferta de colaborar en diversos temas como el comercial y la seguridad, es una buena señal.
Hay que conferir al Presidente Moreno el beneficio de la duda.