El secuestro de los tres periodistas de Diario el Comercio fue sin lugar a dudas la alarma que despertó al país del letargo en que estaba sumido luego del somnífero que le había inyectado la dictadura de Correa.
La isla de paz que era el Ecuador antes del gobierno de los saqueadores, fue paulatinamente concluyendo cuando se permitió que el socialismo del siglo XX1 se inserte en el pueblo a base de dádivas y engaños que terminaron con su destrucción.
Hasta ahora el secuestro de los periodistas no es sino un hecho más junto con el bombazo que ejecutaron en el cuartel de policía; forma que los narcos usan para amedrentar a la población y tratar de ejercer un control territorial.
La permisidad del gobierno de Correa como gesto de gratitud a la colaboración económica a la campaña electoral y el adoctrinamiento de gente afín a Alianza País, es el resultado de lo que hoy se experimenta, todo añadido al desmantelamiento de las Fuerzas Armadas en la zona fronteriza.
La vulnerabilidad de la frontera unido al poco cuidado por parte de los periodistas al ingresar a zonas peligrosas donde operan los criminales, desembocó en el secuestro que hoy tiene preocupado al gobierno de Moreno y a un país que observa atónito como la narcoguerrilla se hace presente con armamento y recursos mayores que nuestras FFAA.
Pero desgraciadamente el daño está hecho por el correato y sus delincuentes. Está a la vista que hay que combatirlo, pero sin que esto constituya una distracción para que los ecuatorianos enfrentemos los problemas económicos, laborales y delincuenciales que tenemos internamente.
Los diferentes medios de comunicación, en unión de familiares y el pueblo común, se ha fusionado a la campaña: “Nos faltan tres y los queremos de vuelta”. Una lucha que busca el retorno de los secuestrados e indirectamente pedirle al presidente Moreno arbitre las medidas para darle a las FF.AA. y policía la capacidad operativa con el equipo y el armamento que haga posible enfrentar a los subversivos.
Si bien Moreno ha conformado una comisión para que lo asesore en el tema de seguridad externa, lo que debe hacer de inmediato es remover a TRES: Ministro de Defensa, del Interior y la Canciller, para poner en su lugar gente con la capacidad y conocimientos que garanticen la seguridad de nuestro territorio.
Estoy de acuerdo con el articulista. Añado lo siguiente: la narco guerrilla entró y se apoderó de territorio, nos metió drogas en los colegios, destruyó a la futura generación de pensantes, aniquiló la seguridad de las grandes ciudades como Guayaquil, Quito, Cuenca, instauró un modus vivende fácil y rápido en comunas del cantón SANTA ELENA. Destruyó la paz de pueblos como Mataje, Anconcinto y Montañita donde se comercia libremente la droga y niños y adolescentes ya están vendiendo marihuana y cocaina a vista y paciencia de los moradores, No son solo tres periodistas y cuatro militares, son más los afectados por estos delincuentes. Se hicieron leyes pro- delincuencia y decretos pro impunidad. ¿HASTA CUÁNDO?