21 noviembre, 2024

Narcotráfico, Violencia y Terrorismo

Cuando escribí «Narcotráfico» (2007, 2009) y «Víctimas de la violencia» (2009), recibí comentarios negativos e insultantes. Lastimosamente, muchos no se detienen a pensar y actúan de acuerdo a lo que ven directamente, cuando es necesario preguntarse ¿por qué? Quedé sorprendido al notar que incluso personas que me conocían desde joven no solo dudaron, sino que desecharon mis palabras y hasta se enemistaron.

Entonces escribí:

“La persona apta para gobernar cualquier país es aquella que en lugar de culpar a la sociedad, toma responsabilidad por ella, y esa persona debe tener un juicio muy claro acerca de dónde la victimización profunda se encuentra.»

«Nuestra preocupación debe ser dirigida a las víctimas inocentes del tráfico de drogas, a aquellas personas que enloquecen y pierden la vida por su uso.»

Narcotráfico II

«Los traficantes de drogas, de cualquier tipo, “mulas” o no, desesperados o no, no son inocentes ni víctimas. Las víctimas son aquellos cuyas vidas son arruinadas por las drogas.»

«El poder en las manos de una persona que no puede apreciar el daño profundo que causa el narcotráfico es un peligro grave. Una persona que justifique el narcotráfico, o el terrorismo disfrazado de guerrilla, o con herencia o patrimonio de esa naturaleza no es apta para gobernar un país”.

Victimas de la violencia

Es muy doloroso para todos lo que sucede en nuestra patria. Estamos de luto. Sentimos mucho la pérdida de nuestros 7 compatriotas, vilmente asesinados por terroristas, no por elementos subversivos. Lo que vivimos en Ecuador, es el resultado de haber tenido un gobierno dirigido por un presidente sin un juicio claro de dónde la victimización profunda se encuentra, que no podía apreciar el profundo daño que el narcotráfico causa y, ahora es evidente, que no era apto para gobernar el país.

Es importante identificar a las personas con un análisis adecuado de sus palabras y sus acciones. Si estas no concuerdan, hay que preguntarse ¿por qué? El discurso de Correa siempre me pareció violento y mientras otros aplaudían, yo lo puntualicé. Pero ahora lo insultan, con justa razón, por su evidente hipocrecía y cinismo, aunque su lenguaje violento y de odio ha calado hondo en nuestra sociedad porque existe un resentimiento enorme en muchos ciudadanos marginados y postergados por décadas de gobiernos abusivos, que el exdictador explotó para su beneficio personal. Pero no solo su lenguaje ha calado profundo en nuestra sociedad, sino la violencia misma, reflejada en los secuestros y asesinatos sufridos recientemente, consecuencia de su política permisiva con las drogas y el narcotráfico.

No hay que equivocarse ni confundirse, hay que tener la sabiduría y el valor para llamar todo por su nombre verdadero. Los que causan terror, asesinan, secuestran, violan y roban, no son guerrilleros, son terroristas. No hay que dejarse confundir por falsos patriotas con cánticos hipócritas.

El presidente indicó que «en el periodo anterior se practicó excesiva permisividad», que «vivíamos una paz en la cual se permitía que la droga transite por nuestro territorio», mientras que la vicepresidente afirmó que en el gobierno de Correa «campeaba la corrupción».

Si bien el tema de la corrupción del maquillaje de la deuda, de los sobreprecios en los contratos, las comisiones en las ventas petroleras a los chinos, causa indignación en los ciudadanos, el tema del terrorismo como consecuencia de la permisividad del gobierno pasado con el tráfico de drogas, causa indignación y pánico ya que los ciudadanos no tienen por qué pagar, hasta con sus vidas, por las fechorías de gobernantes inescrupulosos.

No solo nos vendieron a China, nos robaron nuestra riqueza y nos dejaron un país quebrado con una deuda insostenible, sino que nos vendieron a los terroristas, que ahora amenazan a nuestra población entera. Exijamos que el Gobierno sea duro contra el crimen organizado y no simplemente deje las cosas en manos de la justicia, igualmente corrupta, donde el exdictador, en sus propias palabras, metió sus manos. La respuesta del presidente debe ser contundente no solo contra los terroristas, sino también con su equipo de Gobierno y con todos los culpables de esta corrupción. Que les cobren a los traidores a la patria, a los que a espaldas del pueblo hicieron tratos, no al pueblo inocente y traicionado.

La herencia del terrorismo y del narcotráfico que Correa ha dejado al Estado ecuatoriano es el peor de los delitos contra nuestra nación y nuestros ciudadanos, por lo que exigimos que nuestras publicaciones no caigan en saco roto. El presidente Moreno dijo que nos diría la verdad, pero queremos toda la verdad y para evitar especulaciones, debe decirnos la relación entre los carteles mexicanos, los terroristas enviados como emisarios pero que fueron encarcelados y los $10 millones exigidos por alias Guacho a cambio de Javier, Paul y Efraín, luego ejecutados, teniendo en consideración que alias Guacho era el encargado de las finanzas de las FARC.

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