No es la primera vez que escribo sobre los problemas de nuestras fronteras. Pero siempre he creído conveniente denunciar que el territorio nacional subsiste con una geografía limítrofe de permanente indefensión. En todo sentido. No solo en la protección del territorio. También en el abandono social de su población. En cuanto a la frontera norte quizás es la más relegada. No es que recién ahora está marcada por el desprecio de la administración gubernamental. Pero sí, recién ahora, emerge esta realidad mediando crímenes protervos. Eventos sanguinarios que dejan sin piso el Acuerdo Ecuador-Colombia 2017 de “lucha contra la delincuencia organizada transnacional”.
Insisto, en un comentario periodístico, a raíz del asesinato de los soldados Luis Mosquera, Wilmer Álvarez, Jairón Sandoval y Sergio Elaje del abandono continuo de su pueblo. Hombres y mujeres, niños y ancianos “en las manos del narco tráfico, la explotación desmedida de la minería artesanal, la trata de menores, el negocio de órganos humanos, el comercio ilegal de la prostitución, el contrabando de armas”. Y, claro, en un contexto por demás miserable. Sin la debida atención de la salud y la educación de sus pobladores… Eso sí, en obediencia laboral de los grandes cocaleros de Colombia y Ecuador que siembran, cosechan y distribuyen, coimando a los vigilantes fronterizos, para transportar toneladas del producto a Centro América, Estados Unidos y Europa.
Con el asesinato de los periodistas, las voces oficiales subieron y siguen subiendo de tono. Pero solo para justificar lo injustificable, las manos limpias del gobierno… Algo irrisorio y fuera de todo sentido común. ¿Es qué Moreno, 6 años vicepresidente con Correa y hoy presidente más de 1 año, desconocía la situación tan frágil de las fronteras, en especial la que nos separa de Colombia? ¿Es que ignoraba que, en dicha tierra de nadie, campeaba la delincuencia de todo tipo de mercancías, con beneplácito de su antiguo jefe de AP? ¿Qué pretende Andrés Michelena, Secretario de Comunicación del Gobierno, al decir que ••ni los periodistas ni el gobierno son culpables de lo que ocurrió en la frontera norte; que el enemigo está fuera•• ¿Acaso busca embarrar de pasada, para defender al gobierno, a los periodistas asesinados, en su propio crimen? Si este señor sabe del “enemigo de fuera”, ¿por qué no lo denuncia y pide a Moreno que lo enjuicie?
Desde los últimos crímenes en la frontera norte como que la mentira, la farsa y el engaño se han transformado, en conjunto unitario, en la embajada de la alcahuetería gubernamental. Miente el ministro de Defensa, encubre el ministro del Interior, entorpece la justicia la Canciller… Es un gobierno de cómplices. De solapados. El país quiere la verdad. No falsa ternura con vaselina, Navas, Zambrano y Espinosa deben ser destituidos. ¿Quién entonces, Lenin Moreno, ordenó la muerte de los soldados y periodistas? ¿Fueron militares y policías corruptos ecuatorianos, vinculados económicamente al narco tráfico? ¿O este alias “Guacho”, que tiene ahora “10 días para entregarse”, es el solitario culpable para disfrazar lo ocurrido? ¿Por qué, además, Moreno, continuar con la cantaleta de “no engañar al país y que es necesario marginar la corrupción”, mientras sigue en torno al gobierno la misma gavilla clientelar impuesta por Correa? ¿Por qué seguir, desde la Cancillería, la promoción internacional del gobierno populista fascista de Maduro, contra el derecho a la democracia del pueblo venezolano?
Como parte de los dimes y diretes tengo conmigo un texto en que, a nombre del actual gobierno, se pretende prohibir el uso de las redes para la información sobre los acontecimientos trágicos del país… Aun no lo creo. Pero de ser cierto, tengo una pregunta: ¿Es que han perdido, las autoridades, la sindéresis, frente a los sucesos que superan, día a día, la credibilidad de su hacer operativo público? Que nadie olvide, y que el gobierno reflexione con mucho cuidado, respecto a que, según el Art. 18 de nuestra Constitución, todo ciudadano tiene el derecho a ser informado de los actos del gobierno y a opinar sobre los mismos, como parte de sus derechos. Amén de los Acuerdos internacionales que, estando sobre la Constitución, garantizan todas las formas de libertad de expresión… LAS REDES NO DEBEN CALLAR… GUARDAR SILENCIO ES OCULTAR, COBARDEMENTE, LA CONSCIENCIA SOCIAL DE CADA QUIEN!
Estaba tratando de pegar ese mismo documento en que » se pretende prohibir el uso de las redes para la información sobre los acontecimientos trágicos del país…», continuación disimulada de la ley mordaza. La Canciller gastando el dinero que no hay para lograr infiltrarse en la OEA, ONU; etc, y tener un voto más de los contraproducentes en América, tales como Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y ahora quieren meter a Ecuador, como ya lo metieron en el narcotráfico, ahora asesinatos de lesa humanidad, y todos los delitos cometidos la década pasada y que quieren seguir cometiendo en este gobierno. Este gobierno no puede combatir la corrupción porque la corrupción está en el gobierno.