21 noviembre, 2024

De la que nos libramos

Un viejo adagio dice: “Nadie valora lo que tiene sino cuando lo pierde”. Si por un momento nos ponemos en los zapatos de un venezolano, veremos que nos libramos con las justas de caer en una situación similar. Maduro celebro su reelección fraudulenta con un 52% de abstención.

El correato duro una década mientras que el chavismo cumplirá casi dos. Pero la diferencia ha sido muy clara. Con el gobierno dictatorial anterior, el de la más grande corrupción, la velocidad que emprendieron fue tal que destruyeron al país económica y socialmente en la mitad de tiempo,

Maduro enfrenta la condena de su propio pueblo y de muchísimos países que lo aislaran. Ecuador estaba en el mismo camino si no se daba un cambio urgente. No tenemos inversión extranjera; falta de plazas de trabajo; tráfico de drogas, etc., nos libramos a tiempo, pero saldremos.

El dialogo; el cambio de discurso dejando de lado la agresividad y el consultar al pueblo le dio buenos resultados a Moreno. Se demoró un año buscando las alianzas políticas que le den gobernabilidad, tiempo valioso que se debió emplear en solucionar la crisis económica.

El 24 de mayo cumplió con el informe a la Nación donde expuso al pueblo lo ejecutado y lo que falta por hacer. El país fue destrozado y hay que sacarlo con la ayuda de todos. Se dieron algunos cambios importantes en el gabinete, pero faltan más, muchos más.

El año que se inicia para Lenin será de importantes decisiones. Se requerirá de audacia y la voluntad de luchar y encerrar a los corruptos. El Consejo de Participación tiene que hacer lo suyo.

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La ley y la práctica

La ley es ley para todos. Para el rico y para el pobre, para el ciudadano y el juez, para el que tiene palanca y para el que no la tiene, es decir, todos debemos respetar y cumplir la ley. La ley, por su parte, debe ser coherente y clara, de modo que no quede duda de a quien se debe castigar.

Causa una profunda preocupación lo que pretende la Comisión Nacional de Tránsito al pretender multar por exceso de velocidad a los automotores por medio de cámaras donde se fotografía el vehículo y el radar indicando la velocidad a la cual se iba manejando.

Hasta donde sé y comprendo, a quien se debe sancionar por exceso de velocidad es al chofer, no al carro, el cual es el instrumento al cual, el que lo maneja, lo ha hecho rodar a exceso de velocidad. Sancionar al vehículo es un absurdo que indica, por lo menos, una ingenuidad extrema de los directores.

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