“No hay ladrón sin encubridor”, dicho popular
¿Y el presidente, el mandatario, el ejecutivo? Está en el ojo del huracán pero sin ver ni oír. ¿Qué hacer, además, sin olfato ni tacto políticos? MAC
¿Por su boca cae el pez? Así dice el adagio popular casi siempre relacionado a la práctica de la verdad, del día a día… El flamante ministro de agricultura, Rubén Flores, al parecer, no anda con pelos en la lengua. Aun no cumple un año en la cartera, en donde desde octubre reemplazó a doña Vanessa Cordero, y ya como que quiere dejar el cargo, pero despotricando contra todo. Porque eso de decir, y con voz muy fuerte, que “hay sectores que pagan hasta un millón y medio de dólares para trepar a un ministerio” no es poca cosa. ¿Cuáles son esos sectores? No solo los que tienen que ver con el agro. Flores inmiscuye a todos, al no especificarlos. ¿Y cómo lo sabe? ¿Directamente por él al aceptar el ministerio o por intereses de terceros?
De cualquier forma Flores está diciendo, y abiertamente, que ser ministro cuesta dinero. O sea, ya no va más eso de “servir al país”. Ahora ocupar un cargo público, así las cosas, es un negocio. Más aun cuando se trata de ministerios en donde se barajan convenios, acuerdos, contratos, arreglos… ¿Entonces? No hay necesidad de ser ni mago ni técnico para saber que aceptar un ministerio, siguiendo la denuncia, significa tener dedos muy largos con uñas todavía más largas… Todo apunta a recuperar la inversión y en poco tiempo, suya o para quien lo coloca en el ministerio como testaferro. En otra palabras, las áreas de la economía interesadas en sacar ventaja pagan por tener SU MINISTRO que, a partir de ese momento, no están por servir al país ni obedecer las políticas del gobierno. Simplemente el ministro, SU MINISTRO, trabajará para quienes pagaron la cuota… “Millón y medio de dólares”!
Pero hay más tela que cortar… ¿Quién pagó, por ejemplo, por el ministro Flores? ¿Ya rescató el dinero, con sus respectivos intereses, y el usufructo no ganado por el inversor, durante el tiempo del rescate? Y algo más interesante. ¿A quién pagan los interesados de un ministerio para lograr SU MINISTRO? El camino, aquí, por supuesto, se pone resbaladizo. ¿De quién es usted MINISTRO econ. Flores? Muy resbaladizo. Pues, además, es de conocimiento ciudadano que según la actual Constitución, es atribución del presidente de la república, de acuerdo al Art. 147, numeral 9,”nombrar y remover a los ministros de Estado…”. El ministro Flores está en la obligación moral de aclarar quién recibe el dinero, cuando se hace la compra del ministerio, ya que se lo oye muy conocedor del asunto.
La denuncia es con evidencias ministro. Con más razón si viene de un nivel tan alto del gobierno, al que pertenece. Si esto no queda aclarado ministro Flores, entonces recoja sus cosas y váyase a su casa… El país no puede tener una ministro que, abusando de sus funciones, dedique su accionar a echar lodo con ventilador. ¿Y el presidente, el mandatario, el ejecutivo? Está en el ojo del huracán pero sin ver ni oír. ¿Qué hacer, además, sin olfato ni tacto políticos?
LA COMPLICIDAD S TAMBIÉN UN DELITO PENAL…MUCHO MÁS HABIENDO SIDO DENUNCIADO… A VIVA VOZ… EL DELITO COMETIDO…. Y POR LO TANTO…. A DEJAR LA SILLA…. ME REFIERO A LA DE CARONDELET….