En las personas que aceptan que existe un ser supremo que rige el Universo, no creo que exista duda alguna. Dios es el Supremo Creador, es la verdad absoluta, y no creo que entre ellos haya alguien capaz de dudarlo. Puede haber muchos seguidores de Dios, Alá, Buda, Jehová, o como quieran llamarlo. Los católicos creemos que Dios, en su Infinita misericordia, mandó a su Hijo a redimirnos, para que podamos alcanzar la vida eterna.
El problema no está en Dios, el problema está en nosotros. He leído libros de varias religiones, y en ninguno he encontrado que su dios mande a matar a otros seres humanos. La Biblia, que seguimos los judíos y los cristianos, habla de muchos horrores que se cometían en esas épocas, demostrando la crueldad del ser humano.
Hablemos un poco de nuestra Iglesia Católica. Ya los Papas han pedido disculpas al mundo por los crímenes que se cometieron durante las Cruzadas y durante la Inquisición… ¡y en nombre de Dios! Estamos viendo los ataques terroristas, de los que se quiere culpar a los fanáticos musulmanes. Es decir, le echamos la culpa a Dios de estos actos de odio humano, como si Él fuera el que los ordenara.
Todas las religiones, unas más, otras menos han pasado por períodos de cisma, y por períodos de oscurantismo, en los que pareciera que está llamada a desaparecer, pero luego, se vuelve al cauce y siempre, esos períodos han servido para una depuración que la ha revitalizado.
Uno de esos episodios, se vivió en época de San Francisco de Asís (probablemente la razón por la que nuestro Papa Francisco escogió su nombre). La Iglesia vivía un período de oscurantismo, lo común era que los Sacerdotes tuvieran y convivieran con una moza y en la Misa, uno de sus amigos le preguntó a Francisco: – ¿Qué harías si en el momento en que vas a comulgar, te enteras que el Sacerdote que está oficiando, pasó la noche con su concubina, y con esas mismas manos pecadoras ha realizado la Misa y te va a dar la comunión? La respuesta de San Francisco, no se hizo esperar: – ¡Pues me acercaría a recibir el cuerpo de Mi Señor, de las manos consagradas del Sacerdote!
¡Debemos separar lo humano de lo divino cuando hablamos de la Iglesia! No podemos culpar a Dios de los errores humanos de la Iglesia, y sería una torpeza que cambiemos nuestra forma de pensar dentro de la Iglesia, porque existan Sacerdotes pedófilos, o malos Servidores de Dios entre los Sacerdotes o monjas. Personas buenas y personas malas han existido y existirán siempre. Los Servidores de la Iglesia buenos, han demostrado lo que pueden hacer en bien del mundo, que existan no tan buenos, o que existan malos, no es que la Iglesia los hizo. La Iglesia simplemente les permite entrar. Como actúan, es problema personal, individual.
Dios, en su infinita misericordia, para poder salvarnos, nos mandó a Jesucristo, para que por medio de Él nos salvemos. ¡La Iglesia es la esposa de Cristo! ¡La Iglesia ES SANTA! Que existan malos servidores dentro de ella, es una pena, pero no por ello, puedo renunciar a mi fe, a mis principios, ¡no puedo basar mi creencia en los lunares negativos de la fe! La Iglesia los juzgará, de acuerdo con su criterio. Yo no tengo derecho a cuestionar lo que decida la Iglesia. Dios es el que juzga y, a Dios gracias, ¡Dios es infinitamente misericordioso, de otra manera, yo ya estuviera condenado! Acepto, simplemente lo que la Iglesia decida, porque soy Católico.
Muy buen escrito, José Fernando. Lo que tú dices es muy cierto. Es lamentable que se den situaciones negativas motivadas por personas poco pensantes.
La verdad, Armando, me dolió la carta que mandó Andrés López, un buen Periodista, diciendo que ya no creía en la Iglesia Católica.
La Iglesia Católica no tiene nada que ver con lo que hagan malos cristianos o sacerdotes. a Iglesia es Santa!, fue instituida por Dios, y es gobernada por HUMANOS. Pueden equivocarse!
Sin embargo, siempre vuelve al camino correcto, gracias a ese Dios maravilloso que siempre nos guia.
Lutero tuvo la razón en su tiempo y su reclamo fue válido! Desgraciadamente la soberbia, el orgullo y la tentación, lo cambiaron y él sólo se abrió, y se fue por el camino errado.
Esta es una demostración más, de como Dios nos ama y nos conserva en su línea.
Un fuerte abrazo
JFGR