Siempre se dice que el éxito de un gobernante o de un empresario consiste en saberse rodear de la gente más capaz profesionalmente; que tenga fortaleza donde el líder tiene una debilidad y, más que nada honesta, lo que parece escasea en estos tiempos.
El expresidente de Costa Rica, Oscar Arias decía sabiamente: “Hay que saber rodearse de gente que llegue a servir, no a abusar del poder”. Durante una década en Ecuador se abusó del poder en todas las formas. Se atropelló, se manipuló la justicia; la Asamblea con una mayoría correísta promulgó leyes que buscaron que el dictador ostente todos los poderes y amordazó a la prensa.
Si bien el Presidente Moreno ha tenido aciertos como el cambiar el estilo agresivo y despótico de su antecesor generando un ambiente de tranquilidad, aún no se logra entender por qué se encuentra rodeado de personas que pertenecieron a la década corrupta con antecedentes nada recomendables.
En la última crisis de gabinete con motivo de su primer año de gobierno, se dieron cambios a nivel ministerial, siendo el mejor recibido el del Ministro de Economía y Finanzas. El país continuaba sin un plan que permitiera su recuperación económica y que incentive la inversión extranjera. El proyecto de reactivación está en la Asamblea y tiene buenas perspectivas de ser aprobado.
El continuar rodeado de personajes como la Canciller, hoy lamentablemente elegida con Presidenta de la Asamblea General de la ONU, ha hecho ver al país como carente de una política exterior coherente. Las declaraciones graves y absurdas de Lenin fueron la de reconocer que no fue una decisión suya el otorgar la ciudadanía Assange; como aceptar la postura de la Espinosa en la reelección de Maduro y el discurso a favor de Ortega de Nicaragua.
En el tema de la salud por lo menos en Guayas las desatenciones continuan por parte del ministerio. La señora Espinosa que no sabemos si es pariente de la Canciller o por coincidencia tiene el mismo apellido, no atina a solucionar los problemas. Las deudas con la Junta, Solca y Leon Becerra continúan acrecentándose, mientras dicen que se revisan las cuentas de los servicios otorgados.
Hay algunos nombres más, pero esperemos que el tiempo haga su trabajo, ya que parece que Lenin está satisfecho con la inoperancia.