“La democracia perfecta solo puede existir en una sociedad de ángeles”. Jean-Jacques Rousseau
“La política saca a flote lo peor del ser humano”. Mario Vargas Llosa
“Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos, por hacer lo posible imposible”. Bertrand Russell
“Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay rio”. Nikita Kruschev
“En política todas las victorias son efímeras, y todas las derrota son provisionales”. Manuel Fraga Iribarne
Como introducción, comparto con los lectores estas reflexiones que grafican algo de cómo somos los iberoamericanos, incluidos España y Portugal. En la década de los sesenta y los setenta en pleno auge del turismo en España la autoridad turística española editó un folleto que en resumen de lo que recuerdo decía: “Para disfrutar de España usted no presuma en ninguna área ante un español, por más humilde que sea, porque todos los españoles se consideran reyes”.
Lo expuesto, refleja una realidad que sumada a la actual de los complejos tribales de cada autonomía, grafican lo complicado de armonizar un país tan diverso, donde cada cual es un rey, lo que es la base de la anarquía, y donde cada tribu se considera superior a las restantes tribus autonómicas.
De alguna manera estas son características que las heredamos los iberoamericanos. Nuestras estructuras sociales y divisiones reflejan estas dos características, entre otras, así se han creado las “monarquías políticas partidistas” de los Castro en Cuba, de los chavistas en Venezuela, la que quiere establecer Evo Morales en Bolivia, la que tuvieron los Kirchner en Argentina y la que intentó Rafael Correa en Ecuador, entre otras.
Ahora los imperios que se quieren construir en Iberoamérica son los basados en la ideología del socialismo del siglo XXI. Así Cuba conquistó y controla al títere Maduro en Venezuela y con los dineros de éste extendió sus tentáculos a Ecuador, Bolivia, en su época a los Kirchner en Argentina, con Lula en Brasil, con Podemos en España, con Ortega en Nicaragua y con los candidatos de su tendencia en Colombia y México y todos los países que quiere alinear en la formación del imperio del socialismo del siglo XXI.
Castro dejó la presidencia de Cuba, a mi personal entender, con estos objetivos; y un gesto de Maduro en Venezuela, parecería querer ratificar lo expuesto, cuando en una de las visitas de Castro, Maduro se quitó su banda presidencial y se la puso a Castro.
Si sumamos a lo expuesto, la cultura de nuestros pueblos que quieren que todo les de el Estado, aunque ello signifique esclavizarlos y quebrar las económicas de los mismos, como Venezuela, tenemos el retrato de lo que nos espera, si no reaccionamos.
Basta ver lo que acontece en Grecia, Italia y España, cultura que heredamos además de los migrantes de esos países a Iberoamérica y ahora en la corriente inversa, de los iberoamericanos emigrando especialmente a España e Italia.
El socialismo del siglo XXI va por la joya de la corona de su imperio, esta es España, debilitada con un gobierno sin mayoría para gobernar, dependiente en mucho del partido Podemos, que contó con apoyos de Venezuela y tiene enganchado al ex presidente español, Rodriguez Zapatero, y tiene que negociar con las tribus independentistas autonómicas, debilitando las acciones por el bien común de España, por los intereses y egos del actual presidente Sr. Sanchez y su partido venido a menos.Después de España apuntan a Mexico en las próximas elecciones.
El panorama de Iberoamérica luce poco esperanzador, con honrosas excepciones como Chile, Costa Rica y otros en diferente niveles, pero permanentemente amenazados por el socialismo del Siglo XXI, el más corrupto, injusto y tiránico de los sistemas que pretende ahora conquistar España y continuar su labor de conquista en Iberoamérica para crear su destructor, decadente y esclavizador sistema.
Reflexionemos, reaccionemos y actuemos, estamos a tiempo de luchar contra la tiranía, la injusticia y la corrupción del socialismo del siglo XXI.
“Las coaliciones son muy pujantes para derribar, pero son siempre impotentes para crear”. Emilio Castelar
“El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la élite al nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la élite”. Gustave le Bon