En el mundo hay seres de luz y seres de oscuridad, por lo general los seres de luz gozan de una gran sensibilidad, de igual manera existe una corriente que los identifica, Es el caso de Pablo Neruda y Juan de Dios Peza; estos dos grandes de las letras latinoamericanas, (y por qué no decirlo del mundo), el uno chileno y el otro mejicano, quienes a pesar de haber venido a este mundo, con casi un siglo de diferencia, tienen tantas cosas en común, tuvieron las mismas inquietudes, realizaban las mismas lecturas sociales del entorno que les tocó vivir y sobre todo compartían una gran sensibilidad que la volcaron en hermosas poesías.
Luego de celebrar el Día Universal del Padre, comparto un parafraseo de los Poemas A mi Padre de Pablo Neruda y Mi Padre de Juan de Dios Peza, hermosos párrafos, con los cuales me identifico, en el sentimiento, en la gratitud, en la ternura que me inspiró con su cálido accionar mi señor padre…
A MI PADRE
A Dios doy gracias por ser mi padre.
Por tus tertulias y consejos.
Por el bien que me enseñaste
y de mi ser siempre cuidaste.
Por ser padre bondadoso,
lleno de paz, luz y sabiduría.
Porque amas la verdad.
La Justicia y rectitud en demasía.
Por ser mi padre amado
y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.
Caballero noble y parco,
me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
y a mis sueños jamás renunciar.
Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano
en senderos llenos de flores.
Como canto de turpial,
Mis oídos escuchan,
Mi alma siente y mi cerebro asimila,
tus sabios consejos:
«A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.
»Haz el bien sin temer el sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
quien odia la maldad y el vicio
halla un tálamo de rosas en la muerte.
»Si eres pobre, confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al infeliz y desposeído,
lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.
»Ama la libertad…
Pues; para el hombre libre,
su juez más severo es la conciencia;
cuida tu honor y guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia.»
»Cultiva la gratitud…
virtud para nobles y cortesanos,
esquiva para muchas almas en pena,
que vagan por el mundo sin conocerla,
inmolando su alma en la hoguera de la ingratitud.
Este código augusto, en mi alma pudo,
desde que lo escuché quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado
Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
no es rico, pero su pobreza encierra
la página más grande de su historia.
Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración de hombre.
Quiera el cielo…
Que el canto que me inspira,
siempre sus ojos con amor lo vean,
y que todos los versos de mi lira
dignos de su nombre sean.