El prócer de la Independencia, el Abogado Don José Joaquín de Olmedo y Maruri, electo por unanimidad el 9 de Octubre de 1820, como Presidente de la Provincia libre de Guayaquil, que fue el inicio de la liberación de la que hoy es la República del Ecuador, inició, con una probidad, pulcritud y honestidad a toda prueba, la Administración pública del nuevo Estado y escribió estas líneas, que deberían ser grabadas con letras de oro en todas las dependencias estatales de todos los países. Es la descripción de la forma como él procedió toda su vida y como DEBE SER LA OBLIGACIÓN DE PROCEDER DE TODA PERSONA QUE LLEGA AL PODER. Ejemplo vital que, si fuera seguido por las personas que ostentan el poder público, daría al país y al mundo, la tranquilidad, el crecimiento, la prosperidad y el desarrollo que tanto anhelamos.
Ojalá cada persona que llegue al poder público haga suyas las palabras de nuestro prócer:“EL PODER PÚBLICO NO ES UNA PROPIEDAD QUE SE ADQUIERE, NO ES UN FUERO, NO ES UN PREMIO QUE LA NACIÓN CONCEDE; ES UNA CARGA HONROSA Y GRAVE, ES UNA CONFIANZA GRANDE Y TERRIBLE, QUE LLEVA Y CONSIGUE GRANDES Y TERRIBLES OBLIGACIONES. EL CIUDADANO INVESTIDO DE PODER, NO TIENE MÁS DERECHO QUE EL DE TENER MAYORES FACULTADES PARA EL BIEN Y LA DE SER EL PRIMERO EN MARCHAR POR LA ESTRECHA SENDA DE LAS LEYES, NI DEBE PROPONERSE OTRA RECOMPENSA QUE LA ESPERANZA DE MERECER UN DÍA, POR SU MODERACIÓN, POR SU CONSTANCIA, POR SU CORDIAL SUMISIÓN A LAS LEYES, EL AMOR DE SUS CONCIUDADANOS Y LA GRATITUD DE LA PATRIA.”
Hemos sufrido, sobre todo, en los países latinoamericanos, el abuso del poder, la prepotencia, la corrupción y, podemos decirlo así las dictaduras en varios países, por medio de individuos que han llegado al poder, y abusando de él, han saqueado sus países, favoreciendo el narcotráfico y de esta forma destruyendo a la juventud y a los habitantes del país, y/o entregándolos a grupos guerrilleros, sembrando el caos, la muerte y el pánico en la población. Estos mal nacidos, aprovechándose de la ignorancia y del rechazo que han producido los partidos políticos, en muchos casos por la inoperancia o corrupción, también de los mismos, han aprovechado del populismo para alcanzar el poder y destruir la sociedad. Quieren legalizar el asesinato por medio del aborto, destruir a la mujer por la venta de sus vientres y fomentar la homosexualidad y la degeneración sexual. Es decir, destruir el núcleo de la sociedad que es la familia. Creo que ya es la hora en la que las personas conscientes tomemos las riendas y acabemos con esa minoría corrupta, degenerada e irresponsable, que pretende destruir nuestro mundo.
La política de destruir la familia como el núcleo social bajo el cual descansa la sociedad toda, es con el propósito de reemplazarla con el estado como el único núcleo de responsabilidad y control social. Los socialistas no pueden construir su dictadura sin desaturdir la sociedad “burguesa “ y sus instituciones.