21 noviembre, 2024

Los reclamos de igualdad

¡Ahora se reclama la igualdad! Estamos viviendo el resurgir del Siglo XX, cuando Enrique Santos Discépolo, allá por 1930, escribió su visionario tango “Cambalache”: “Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran Profesor”. Los valores se perdieron desde hace mucho tiempo. Todo se logra por la vía fácil. Nadie hace el esfuerzo para mejorar. Si mandas un trabajo de investigación a las Universidades para publicarlo, tienes que añadir el nombre de Fulanito y de Zutanito de la Universidad, de otra manera no te lo publican. Como las revistas son indexadas, hay que publicar con ellos. ¿Para mantener a los PhD, falsamente activos? ¿Para sacar más PhD falsos? En esa forma, se anula todo deseo de superación.

La forma como se reclama desde los grupos minoritarios, ha llegado a un extremo que en realidad preocupa: Prácticamente, si no eres gay eres homofóbico, si no eres de izquierda, eres fascista, si no eres como ellos, eres intolerante, es decir, ellos, las minorías, son perfectas, la mayoría está equivocada. Si defiendes la familia, eres retrógrado. Ahora los pájaros disparan contra las escopetas. Debemos destruir lo establecido, ¡Hay que demostrar que estamos en contra! ¿De qué? ¡De todo lo que antes se consideraba lógico! ¡El sexo ahora debe ser libre!, Mientras más experimentes, mejor. ¡Así podrás decidir mejor! Es completamente anormal la continencia. La masturbación te libera. La mujer debe tener su libertad para experimentar. El riesgo de embarazo no debe ser un impedimento. Hay la píldora del día después, de esa forma no llegas a saber si abortaste o no. No importa que después tengas dificultades para tener un hijo. Podrás adquirir un vientre de alquiler y caso solucionado. Y si falla, un aborto se arregla fácilmente. Pero tienes tu libertad, para vivir tu vida.

La ignorancia en la parte del desarrollo del ser humano y de los animales en general, lleva a que a la gente no le de importancia a la forma como se quiere pervertir a la niñez y a la juventud. En la fase de identificación sexual, los animales y el ser humano pasan por períodos que se podrían llamar de homosexualidad, sin serlo realmente. Vemos en la ganadería a vacas que se montan sobre una vaca en celo, vemos el juego de los perros en la calle. ¿Es homosexualidad? ¡Por supuesto que no! Es un justificativo de pervertidos, para buscar medios para fomentarla.

¡La única vida que me importa es MI vida! Es mi satisfacción y mi deseo. Mi organismo, que ha sido hecho para preservar la especie, hace que tenga preparaciones mensuales para procrear. ¡Ese es un problema grave! Pero tengo el derecho de decidir sobre mi cuerpo y ese derecho mío, es mayor que el derecho que tiene el ser que se está gestando en mi vientre de vivir, ya que él no puede defenderse y como aún nadie se ha dado cuenta, puedo abortarlo y todo queda oculto.

La libertad sexual, quita las barreras al permitirse el aborto, ya sea por píldoras, medicamentos, o por curetaje. Lo importante es que tengamos libertad para hacer lo que nos venga en gana, sin preocuparnos de la moral, ese pensamiento que nos decía que lo que hacemos está mal. Además, la relación homosexual no tiene el riesgo de embarazo y para que no digan nada, defendemos también la bisexualidad y la expresión ya sea por el vestir ropa del sexo opuesto, o por querer también cambiarse de sexo físico.

Estas aberraciones (porque no son otra cosa) se está intentando pasarlas como una nueva forma de vida, gracias a la tolerancia que en general se ha ido exigiendo poco a poco, y ante la indiferencia del pueblo en general, ha ido tomando fuerza. Dentro de poco, la pedofilia, la violación, el sado-masoquismo y más actos de degeneración moral irán también siendo aceptados, ya que esta gente también tiene sus gustos, y debe tener libertad para disfrutarlos.

Creo que ya es hora de poner un ¡ALTO a la inmoralidad!

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Para probar mi punto me tomaré el atrevimiento de poner un artículo titulado “LA DEFENSA DE UN ABOMINABLE”.

«Esta vez creen haberlo visto en Siberia, en la orilla del Pacífico, y desde Moscú el relato repitió lo que en otras ocasiones de él se dijo, cuando en el Himalaya o al pie de otra cordillera descubrieron sus descomunales huellas. El gigante de más de dos metros de altura habría abandonado otra vez su caverna para incursionar en la civilización; y el «monstruo»… a quien han estigmatizado como «el abominable hombre de las nieves» volvió a fugar, perseguido por hombres y perros que perdieron su rastro. Como es usual sólo lograron detectarse unas huellas de más de medio metro, que corresponderían a los pies del coloso fugitivo.

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