21 noviembre, 2024

El progresismo moderno del jaguar latinoamericano

Hace tiempo el país era calificado como el “jaguar latinoamericano” debido a su acelerado crecimiento económico producto de una desenfrenada inversión pública. Mientras se pretendía erigir al SSXXI ecuatoriano como el precursor mundial de los grandes resultados económicos, la realidad encubría un descomunal perjuicio al Estado como consecuencia de sobreprecios, coimas, sobornos, despilfarro, lavado de activos y corrupción generalizada. Moreno era vicepresidente y no sabía nada de lo que sucedía a su alrededor; ahora, como el único buen socialista dentro de la tribu, pero con el grado de presidente, cree entenderlo todo, excepto que la comunidad internacional de ingenua tiene muy poco y que su percepción del país ha cambiado, pero no lo suficiente para invertir en él.

Entre las preguntas que se plantearían los prospectos inversionistas ante el nuevo país presentado por Moreno: ¿Cuántos funcionarios de la pasada administración se mantienen en el actual Gobierno? ¿Cómo así no se venden las improductivas empresas estatales? ¿Por qué se mantiene el monopolio de las aseguradoras del Estado? ¿Cuántos presos hay en el país por las pérdidas sufridas por el erario público? ¿Cómo se pretende eliminar las distorsiones económicas producto de los subsidios estatales? ¿Cuán confiable sería el país en manos de la Vicepresidente?

El fracaso dejó de llamarse SSXXI para tomar el calificativo de “progresismo moderno”, del que Moreno hace alarde sin poder definirlo, pero que no es otra cosa que una misma hacienda con otro nombre.

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Culpar a los Médicos del Hospital de niños, es satanizar el problema. La mala práctica que se dio en el Hospital, de acuerdo a las notas periodísticas, no fue médica sino administrativa. Se siembra desconfianza en vez de dar insumos tanto médicos como de limpieza para que la atención pueda ser de calidad. Hay que preparar al personal para que su atención sea cálida y eficiente, humanizarlos. Hay que crear en el personal espíritu de responsabilidad y conciencia sobre las normas de la buena práctica. En varios de los mejores Hospitales del mundo, no se usan batones sobre la ropa para entrar en áreas críticas no quirúrgicas, las consideran más contaminantes que la ropa de calle. Lo que se requiere es una buena limpieza, el lavado constante de manos y buenas prácticas hospitalarias.

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