(¿En otras palabras, sobran 2 o están de más en el gabinete?)
El diario El Universo, en la edición de hoy, 15 de agosto del 2018, en la pag. 11, sección Gran Guayaquil, nos trae la noticia: “Presidente destituye a Autoridades de Tránsito”. “Medida la tomó luego del percance de Papallacta”, accidente vial, donde perdieron la vida 12 hinchas del Barcelona y otros cuantos heridos con lesiones leves y graves. Paz en la tumba de los fallecidos y sinceros deseos de convalecencia de los heridos.
Se suma a este accidente vial, otro más en la carretera Pifo-Papallacta, cuyo saldo es de 24 muertes, entre ellos, ecuatorianos, colombianos y venezolanos. Entre los dos accidentes de tránsito, suman 36 muertos y 50 heridos, entre graves unos y lesionados otros.
Vale la pena reproducir la crónica periodista del diario citado:
“En su cuenta en Twitter el mandatario escribió que dispuso la separación del Director de Policía de Tránsito, el Coronel Wilson Pavón, y del Director de la Comisión de Tránsito del Ecuador, José Gálvez, así como de la Cadena de Mando que no ejerció el debido control en el accidente de ayer”.
“Además, Moreno dispuso al Ministerio de Transporte y Obras Públicas la instalación de fotorradares en todo el territorio nacional”.
Si ud. señor Presidente tiene que dar haciéndoles lo que les corresponde a sus Ministros, ¿para que tiene Ministros?. Considero que por elemental delicadeza, habrán ya, ambos Ministros, presentado sus renuncias.
Su sistema de deshacerse de sus malos colaboradores es bueno -con pinzas- pero lento.
El país requiere más celeridad, en la reactivación de la economía y en la organización del Estado. Ya el Parlamento le dio las herramientas para hacerlo.
Como diría Manuela Cañizares a los Patriotas del 10 de Agosto de 1809, “No hay tiempo que perder”. Y los sentenció con peores epítetos a quienes dudaron en tomar las decisiones que debian tomar.
Saquemos las lecciones de la Historia de la Patria, para no repetir los mismos errores.
“No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy.” El tiempo es oro, vale mucho, no lo desperdiciemos.
Podría parecerle un tanto impertinente o arrogante señor Presidente, pero no, soy sincero y amo mucho a mi país.