(Animal bravío, fuerte, pero noble)
Gabriel P. y Miguel P., dos buenos amigos que en distintas épocas, practicaron en Salinas, la pesca y el lightning (de vela), respectivamente, le enseñaron sucesivamente ambos deportes a mi hijo Jaime Francisco.
Tanto los pescadores (deportivos) como los veleristas, son personas muy disciplinadas, se acuestan temprano y a las 6 am, ya están en el S.Y.C, para salir a sus respectivas jornadas, que se extienden hasta las 17/18H00 p.m. Cuando se pesca una buena presa, los Yates, tienen una banderola triangular roja, que la elevan, y se pone en movimiento el equipo de marineros -ayudantes de tierra-. para retirar la pesca- que se reparte entre la tripulación de agua y tierra, el dueño del yate, se lleva un solo pescado, para prepararselo a su gusto, de regreso a casa.
Adicionalmente mi hijo Jaime Francisco, era compañero de aulas de Eduardo A. P., hijo de Lourdes P.(+), mi gran amiga, que todavia la recuerdo por su amabilidad y simpatía, y quería mucho a mi hijo, como si fuera hijo de ella.
Algún día, el invitado a la pesca, por parte de Gabriel, no fue mi hijo, fui yo.
Salimos del S.Y.C, a las 6:30 am y llegamos de regreso a las 5 pm.
Esta vez, no pescamos nada y regresamos -semi avergonzados- sin elevar la banderita triangular que anunciaba una buena pesca.
Nos encontrábamos a más de 12 millas, -mar abierto-, ya no se divisaba la costa, ni siquiera la Puntilla de Santa Elena, a nuestro alrededor solo se veía agua.
De pronto, el marinero gritó Picudo al Noroeste y el capitán enfilo a dicho lugar, que yo presumo a unas 4 o 5 millas, no divisaba nada sobre el mar, pero los marineros y Gabriel, los detectaron de inmediato (una manada) y nos dirigimos a dicho lugar.
Los grandes pelájenos, son entre inquietos y curiosos, detectan la embarcación por el ruido del motor y la estela que dejan las élices del yate.
Esta vez se acercaron al yate, le daban la vuelta; se hundían y aparecían al otro extremo, pero jamás picaron.
El tipo de embarcación de picudo, no es muy grande; una cabina central para el capitán, y entre la cabina y alrededor de la cabina hay una especie de “caminito” que rodea la cabina de mando, de suerte que si el animal se engancha y se mueve en círculo, el pescador, pueda seguirlo con su caña al ritmo del movimiento del picudo. Así nos tuvo el picudo por algunas horas -nos tomó el pelo- nunca se enganchó al anzuelo, hasta que después de un par de horas se sumergió y nunca mas aparecio en la superficie del mar.
Nos regresamos, hacia la tarde; el viento sopla con más fuerza y el mar está algo picado.
Mis dos nietos Josecito y Naty, son buenos pescadores. Josecito tiene un récord mundial reconocido en U.S.A., en Pez Espada y Naty, en el S.Y.C, un récord de dorado o cherna, en la categoría de 12 años, edad que frisaba en ese entonces.
Hace unas 2 semanas quizás, Josecito salió con su tripulación desde el S.Y.C y pescó un picudo de 734 libras. El récord las tienen los Vidal- Alvarado -grandes pescadores-, con un picudo de más de 1000 libras de peso.
La faena de Josecito se realizó a 40 millas mar afuera, después de dominar al animal, lo ingresan por la popa, que tiene una compuerta por donde ingresa el animal con la ayuda de la tripulación. Hoy con el celular, sus padres están al tanto, durante la pesca y por radio, se comunican con el club, para las labores de sacar el animal del yate y llevarlo a pesar, con la fotografía del pescador y su tripulación, incluida.
Mis hijos si fueron amantes de la pesca, yo no, yo soy “marinero de tierra firme”, ni de mar ni de aire, prefiero manejar mi carro para mis traslados por el Ecuador (costa y sierra).
Al Oriente he ido dos veces, pero hace unos cuantos años, no he vuelto, por esos lares. Me impresionaron los altos árboles de 30 a 50 m. que se enlazaban en sus copas si dejar pasar la luz del sol, en ciertos tramos.
Bien por el deporte de la pesca, bien por los deportes de mar.
Bien por la disciplina y fuerza que requiere su práctica. Bien por las Playas de Ecuador, las mejores de Sudamérica, sin duda.
LINDO ARTÍCULO…MI QUERIDO «MARINERO DE TIERRA»… MUY INDAS HISTORIAS…. TE SALUDA, CON MUCHO AFECTO… UN «MARINERO DE ALTA MAR»…. SEGUIDOR DE TUS ARTÍCULOS SIEMPRE….
FERNANDO CASTRO PONTE
CAPITÁN DE ALTURA
ABOGADO.