MANUEL A. CARREÑO, es el referente más agradable, que he leído, fue como castigo, de nuestro profesor, encargado de la disciplina en el Colegio Javier, en ese entonces el P. Barriga (+). Un compañero muy gracioso, hizo reír al curso, en una clase de inglés. El P. Barriga nos mandó como castigo, leer a CARREÑO. Lo hice, me gusto mucho, y lo he puesto en práctica toda mi vida, en mis relaciones interpersonales -al menos eso creo- aun cuando ciertas sugerencias de “CARREÑO”, ya no sean aplicables, en el siglo XXI, habiendo sido escrito, el último cuarto del siglo XIX.
Pocos, meses atrás, lo encontré en la librería del Riocentro de Samborondón, una nueva edición de este librito de Carreño, denominado “Manual de urbanidad y buenas maneras” (Nueva adaptacion), y yo agregaria y ampliacion, publicado por “VEJA EDICIONES”: Distribución “EDWARDS” Cia Ltda; Adaptación del texto: Jaime Peña Novoa, Diseño y diagramación: C. Tufiño, Ilustraciones: M. Villagomez, Tercera edición: 7ma reimpresión.
Contenido: cuenta con dos partes. La primera, dedicada a los “Deberes Morales del ser humano”; para con Dios, con nuestros padres, para con la Patria, para con nuestros semejantes, para con nosotros mismos y para con la naturaleza.
La segunda parte, consta de XV capítulos, que los enumerare:
Capítulo I: Principios Generales
Capítulo II: Del aseo
Capítulo III: Del modo de conducirnos dentro de casa
Capítulo IV: Del modo de conducirnos en diferentes lugares
Capítulo V: De la conversación
Capítulo VI: De las visitas
Capítulo VII: De las diferentes clases de reuniones
Capítulo VIII: Del comportamiento en la mesa
Capítulo IX: Del juego
Capítulo X: De la vestimenta
Capítulo XI: Del tacto social
Capítulo XII: Reglas diversas
Capítulo XIII: De los deberes entre personas
Capítulo XIV: De la correspondencia epistolar
Capítulo XV: De la conducta con la sociedad.
Analizaremos en las sucesivas entregas, un resumen del contenido de cada uno, en su parte esencial; de las 154 páginas que lo componen.
Y añadiremos otros momentos de elemental cortesía que el autor y su “adaptador”, no han tomado en consideración, por ser muy de actualidad, propia de la vida moderna. (p.ej.: en el bus/frente al ascensor/ en el patio de comidas, o conduciendo el automóvil), etc.
Apuntamos hacia la permanencia de los buenos modales, y al descarte de los actuales, que parecería que las jóvenes generaciones los han olvidado o nunca lo aprendieron o no le dieron la importancia que realmente tienen y que deberían practicarse en el momento oportuno.