La administración Moreno se está quedando sin oxígeno y con una asfixiante necesidad de créditos externos para hacerle frente a sus compromisos financieros. La permuta financiera con bonos basura realizada con Goldman Sachs confirma la generalizada falta de confianza en el Ecuador debido a su alto riesgo de caer en cesación de pagos. El FMI no es una panacea, pero es el único organismo aplicable para el Ecuador con capacidad de extender créditos con tasas y plazos adecuados a un programa de estabilización financiera a mediano plazo y reestructuración económica a largo plazo.
El Gobierno ha mantenido una vertiente de cambio a través de nuevas figuras y agentes de orden económico dentro de una aparente transición política, aplicando algunas medidas económicas de bajo impacto social, pero al final manteniendo una socialista animadversión hacia una completa reestructuración de las finanzas públicas. La deteriorada situación económica del país se acentúa y la inacción gubernamental acrecienta los visos de insostenibilidad política. Los reclamos ciudadanos no demorarán en aparecer, con reestructuración del FMI o sin ella. Solo un gobierno serio y de amplio espectro político podría manejar con máxima rigidez las finanzas del Estado a pesar del elevado costo social. La reestructuración tendrá que gestarse en algún momento, pero hasta que suceda se corre el riesgo de no tener siquiera un mínimo margen de negociación con el FMI. Moreno está políticamente liquidado mientras el país sigue a la espera de su desenlace.
Para conseguir préstamos blandos e inversión Privada nacional y extranjera, es necesario equilibrar el presupuesto fiscal y demostrar poder sostenerlo.
Los tumores cancerosos deben ser cortados desde la raíz.
Un estado socialista, jamás podrá sobrevivir la ecatombe que se viene. Quebraran los bancos y el estado ? La herencia del correismo está tocando la puerta y quien tome el mando después del licenciado, pagará los platos rotos.