Me estremeció el número 1000 y más aún saber que las he leído todas, sin dejarlo de hacer una sola semana, desde 1999.
Y claro que me las he leído todas –no de “un solo golpe”- sino hasta en mis largas noches de ahora.
Por ejemplo, esta 1000 del 19 de agosto, hoy 22, que escribo esta nota, todavía no termino de leerla- además tengo Memorias Porteñas de El Expreso -de gran valía- que son parte de mi bagaje de lectura sobre la rememoria de la historia ecuatoriana.
Volviendo a larevista ¡Qué artículos! Desde lo que escribe Carlos Icaza- responsable de ella, que leo siempre como introducción, gran estímulo a encontrar en ella la variedad de la vida humana desde el niño hasta el adulto y más allá.
Como educadora y algo más que soy, encuentro tanto para aprender, reafirmar o crear.
Hay artículos cuyas copias las analizo con mis alumnos o los pongo a padres de ellos para que los lean.
No escribo nombres de autores y temas, porque todos merecen mención … hasta el recuadro irónico Si lo dice Aleida…
Lo que sí puedo reafirmar es lo completa que es: entre variedades, modas, los artículos sociales, filosóficos, políticos, literarios, sociológicos, jurídicos, culinarios, naturalistas, como igual de preguntas y respuestas de angustias humanas, etc., etc.
Por esto y tanto más, mi enhorabuena a El Universo de Guayaquil por tener en el periodismo ecuatoriano larevista que aún se la puede palpar y leerla, en pleno siglo XXI, en ese formato tangible que aún subsiste…
Y adelantándome al 2037- en que ya no estaré – para decirles ¡Gracias! ¡Gracias! Por haber continuado con ese aporte humano dentro de la prensa libre, que debe subsistir, en cualquier formato…
¡Por la paz del mundo!