Como idea, muy interesante, crear un nuevo polo de desarrollo de la ciudad en un lugar muy amplio territorialmente hablando, con capacidad para albergar a cientos de ejecutivos, o a miles de familias, en un lugar equidistante, que cuente además, con hoteles, áreas verdes (8 hectareas), locales comerciales, clubes sociales y vías amplias, que la comunicarán rápidamente con las principales avenidas de la ciudad.
El proyecto, supuestamente está listo y solo esperará la aprobación del Concejo de Guayaquil y la colaboración, apoyo y aporte complementario de las entidades públicas de Agua Potable y Alcantarillado, Energía Eléctrica, Telefonía y de servicios de Recolección de Desechos Sólidos, Seguridad Integral y otros que se me escapan.
Por lo pronto es un proyecto y nada más, que está sujeto umbilicalmente a la construcción del nuevo aeropuerto de Guayaquil en Daular y su plena operación, serán 2,4,6 años o más, para que se cierre definitivamente el actual aeropuerto y empiece la construcción de este nuevo centro urbanístico, que se lo ha denominado “Nueva Ciudad”.
En su presentación -del proyecto-, el propio Alcalde Nebot, finco sus esperanzas, en los inversionistas -tanto nacionales, pero fundamentalmente extranjeros- ojalá así sea.
Para que el Ecuador como país, se considere país captador de inversiones, la “seguridad jurídica”, debe ser un hecho y no sólo un enunciado, de otra manera ¿Como será posible atraer a aquellos inversionistas, para que invirtieran en dicho sector de la ciudad?, ciudad, que ya no tendría, el plus geográfico del aeropuerto.
En todas las ciudades grandes, las áreas aledañas a los aeropuertos, cobran más plusvalía y resultan ser sectores óptimos para la inversión inmobiliaria, ej: Las ciudadelas cerradas, del “Gran Miami”, para citar un ejemplo, con las que los ecuatorianos estamos familiarizados.
Por otra parte, quienes con muchos años de anticipación -más de 50 años atrás- adquirieron terrenos en las cercanías de Daular, podrían encontrar, proyectos urbanos, no de estas características, quizás, pero que serían de alguna manera una competencia urbanística para este proyecto.
Otro elemento de interés, es el factor económico, de los adquirentes de esas oficinas, suites o departamentos que solo gozan de 2 años de exoneración tributaria predial y la rebaja del 40 %, del impuesto, si es -el bien adquirido- con préstamo hipotecario, por el tiempo que dure la hipoteca.
El crecimiento de la economía ecuatoriana será modesto el presente año gracias a la “década ganada”, (perdida, desperdiciada y robada), que obligará al Gobierno ecuatoriano, a renegociar la deuda externa con China y/o empresas Chinas, y a solicitar nuevo endeudamiento externo al F.M.I, para cumplir con el “Plan Toda Una Vida” y otros de carácter social. Préstamo que lo concederá seguramente, pero que también sugerirá nuevos ajustes al país, que podrían contraer la economía de los ecuatorianos de ingresos medios altos y altos, para adquirir tales inmuebles.
Esperemos que las cosas en materia económica cambien.
Mientras tanto, sigamos soñando.