El comunicado del gobierno español expresando su satisfacción por la liberación del opositor estudiantil Lorent Saleh, después de estar en cautiverio desde el 2014 en las dependencias del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, SEBIN, asegura que esa decisión del Gobierno de Venezuela va en la dirección correcta pues contribuye a generar un clima de confianza en la bùsqueda de una salida democrática, pacífica y negociada entre venezolanos.
Al final de la nota, se remata el punto con la la ratificación, por parte de España, de su disposición a contribuir de manera constructiva en la consecución de dicho objetivo, el cual queda definido como la ¨reconciliación entre los venezolanos¨.
Aunque la palabra diálogo no se usa en el comunicado, es evidente que se encuentra presente en el mismo como el único mecanismo posible para alcanzar esa reconciiliación. Tema en el cual ha venido insistiendo el expresidente español Rodríguez Zapatero, quien con su compañero de partido Pedro Sánchez en la presidencia, la tarea se le hará mas fácil; no obstante el fracasos de los intentos de diálogo anteriores.
Particularmente, discrepamos de quienes como Zapatero o Samper, entre otros, han venido manipulando la situación venezolana con la tesis de la reconciliación, como si la oposición política a los gobiernos de Chávez y Maduro fuese una organización beligerante, al mejor estilo de la guerrilla colombiana.
El asunto es de vieja data y se remonta a los aconntecimientos de abril del 2002, una vez reincorporado Chàvez a la presidencia y proponer el Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en una asamblea extraordinaria de la OEA, a su entonces Secretario General, César Gaviria, como el facilitador de un posible diálogo en Venezuela que permitiera la reconciliación de los venezolanos después de los hechos que desembocaron en un intento de golpe de estado contra Hugo Chávez. Se debe recordar que fue el propio Chavez quien hablò de reconciliación y diálogo en aquel momento y que Powell, lo único que hizo, fue tomarle la palabra.
Con la llegada de Maduro a la presidencia y la profundización del socialismo mediante paquetes socioeconómicos de nefastos resultados para los venezolanos, y el desconocimiento de la oposición y de sus derechos politicos, entre los cuales destaca el referendum revocatorio, la puesta en escena del diálogo, no como fin resolutorio, sino como medio disuasorio, por parte del gobierno, se convirtió en una estrategia necesaria, en la cual, el expresidente colombiano Erenesto Samper, ejerció el oficio de máximo sacerdote. En su receta para lograrlo, la continuidad politica y la paz social eran los ingredientes mas importantes, mientras que las elecciones anticipadas o el revocatorio, pasaban a un segundo plano. Algo similar a lo que ha venido proponiendo Rodríguez Zapatero en los últimos tres años, una vez que Samper le entregó el testigo.
La propuesta o iniciativa para dialogar en todos los casos, siempre surje, luego de que el gobierno libera o cambia su estatus carcelario, en un acto de generosidad y buena fe de sus intenciones, a algún preso emblemático, como ya ocurrió con el general Baduel o con Daniel Ceballos en su momento , con Leopoldo López y Antonio Ledezma posteriormente, y ahora nuevamente con Lorent Saleh.
A diferencia de los casos anteriores donde se concedió, inicialmente, el beneficio de casa por cárcel, a Saleh se le condenó al ostracismo político; algo muy común en la antigua Grecia, pero que hoy en dia con la globalización de las comunicaciones no funciona igual. La causa para enviarlo a España, según el gobierno de Maduro, es evitar un atentado contra su propia vida, o sea el suicidio, una conducta peligrosa, que ya se había asomado como posibilidad, con Leopoldo López. Un argumento manido, pero tan sugerente, por lo demás, que invita a pensar en que el verdadero motivo de la expulsión de Saleh, no es, precisamente, evitar que se quitara la vida, ni facilitar el diálogo ésta vez, aunque siga sirviendo de excusa para éllo, sino más bien, justificar el supuesto suicido del concejal Fernando Albán, ocurrida en dias recientes, como la verdadadera causa de su muerte y de este modo darle solidez a las inverosímiles explicaciones del gobierno, en un intento por aplacar, de alguna manera, la oleada de protestas de la comunidad internacional.
Pero el destierro del galardonado el año pasado, por el Parlamento Europeo, con el Premio Sajarov, no creemos que sea el último. Lo que si estamos convencidos es que no fue el primero, al menos, de manera oficial, pues cuesta un poco creer, que tanto Pedro Carmona como Antonio Ledezma, se hayan podido escabullir tan fácilmente de la vigilancia a la que estaban sometidos en sus casas, por los cuerpos de seguridad castristas del estado venezolano. En el caso, sobre todo, de Carmona, no obstante los graves cargos de rebelión y usurpación de poder en su contra, es todo tan extraño, que no hay una explicación cierta, aun hoy en dia, de como, apareció en la casa del embajador de Colombia en Venezuela. Hasta las declaraciones de los partavoces del gobierno, incluidas las del Ministro de Interior y Justicia de la época, Diosdado Cabello, se prestan para pensar en cualquier hipóteis, menos en la de una fuga como tal.
Una cosa si es cierta y es que Saleh será por fin libre en España, algo que a todos nos alegra; mientras el resto de su compañeros de cautiverio en el SEBIN tendrán que seguir esperando a que Maduro, con la invalorable ayuda del gobierno socialista de Sánchez e Iglesias, encuentre con quien de la oposicion venezolana iniciar otro dialogo. Seguros estamos de que lo conseguirán.