En los tiempos de Guayaquil del siglo XX, el uso del terno blanco, de Lino, era el traje obligado de las personas elegantes y el sombrero era una prenda complementaria de esa elegancia, tanto de jóvenes como de adultos mayores.
Para los jóvenes, la moda del uso del sombrero desapareció a mediados de siglo y quedó como implemento, exclusivamente para las personas mayores.
El terno blanco, también desapareció en Guayaquil, como traje diario, hacia los años 60/70 del siglo anterior, quedando su uso, con el carácter de opcional y de muy contados y conocidos miembros de la sociedad guayaquileña y de un pequeño grupo de Abogados y Ejecutivos de empresa, que lo mantuvieron al igual que el sombrero, casi exclusivamente para personas muy mayores, tanto por elegancia y respetabilidad, como por protección de su calvicie.
En Guayaquil, a partir de esos años, el sombrero dio paso a la gorra, más deportiva, más frágil, de menor cuidado y precio. Hoy es identificativa de equipos deportivos y de ciertas empresas.
El terno blanco, se cambio a favor de la guayabera blanca, que aún es utilizada, por muchas personas y de manera ocasional, en los velorios.
Algunos políticos guayaquileños, prácticamente la utilizaron como su traje de trabajo; el ex alcalde Ing. León Febres Cordero, el actual alcalde Ab. Jaime Nebot y el ex Gobernador del Guayas Antonio Andretta Arízaga y ciertos Abogados, para citar a unos pocos, pero muy conocidos por sus actividades políticas y de servicio público, o profesionales de Libre Ejercicio.
En la actualidad, sobre todo para los fines de semana, el traje informal, ha tomado cuerpo, al igual que los tipos “short”-“Bermudas” al término de la rodilla, popularizados por los jóvenes negros norteamericanos, (los raperos), (pandilleros en Guayaquil), que los días Domingo, en el portal del Edificio del B.C.E, Sucursal Mayor de Guayaquil, hacían sus presentaciones hacia las 7 pm., rapados y parados de cabeza, dandose vueltas y vueltas y otros movimientos tipo POP, que gustaban mucho al público que paseaba a esa horas por el Boulevar 9 de Octubre, hasta que alguna Autoridad policial, les prohibió, dicho espectáculo, que fue degenerando en vulgaridad.
Fue el inicio de lo que después se llamó Teatro callejero, igualmente vulgar.
Trajes que finalmente fueron acaparados por la juventud guayaquileña, de los años 80/90 al igual que el “jean”, que todavía tiene presencia en la vestimenta de personas de mediana edad y algunos mayores, de Profesionales de la Construcción, y de Técnicos y Obreros, por su durabilidad. Una comunidad frente a Ambato, es muy famosa por la confección de estas prendas de vestir masculinas. También los trajes de color Olivo, similares a los utilizados por ciertas Fuerzas especializadas de la Policía y del Ejército.
Sin embargo, hay quienes y somos muchos, nos mantenemos fieles a la vestimenta tradicional.
En estos tiempos de días sumamente soleados, recomendaría el uso de la gorra, en los más jóvenes y/o en o de personas expuestas al sol, se hace indispensable, así como el sombrero para las personas mayores y la sombrilla para las damas.
No se si se trata de una exageración de determinados grupos sociales y políticos, aquello del calentamiento global, y/o de una realidad sin precedentes, de la que debemos protegernos, al menos, durante las “horas pico” solares, de 10 am. hasta las 14H00., en todas las cuatro Regiones que integran nuestro territorio continental e insular.
El Ecuador, por estar ubicado su territorio, sobre la línea ecuatorial, recibe los rayos del sol casi perpendicularmente, y si la Capa de Ozono, se va haciendo más frágil y el efecto de los rayos ultravioleta, nos llega con mayor intensidad que en años y siglos anteriores, entonces si cabe que tengamos la precaución de cuidar, nuestro cuero cabelludo y nuestra piel, con determinados cosméticos recomendados por los médicos especialistas en tales materias, -del cuidado de la piel y Dermatólogos- sin distinción de género.
Los indígenas de la serranía ecuatoriana, adoptaron el sombrero como parte de su vestimenta- no se, si es una costumbre de carácter ancestral, (varios siglos atrás), elaborados por sus propias manos, o de épocas más recientes.
En Machala, las damas utilizaban sombrillas; en los días de sol, al menos hasta los años 70/80 del siglo pasado y los hacendados gorra. En Manabí, usan los pañolones o mantas para cubrirse el cabello, las damas, y los caballeros los sombreros de Paja Toquilla, muy apreciados por los extranjeros y mal conocidos como “Panama,s Hat”.
Las damas guayaquileñas usaban la Pastora o el sombrero, para salir a la calle.Pero, hasta los años 40 del siglo pasado.
En la actualidad, el uso del sombrero, en hombres y mujeres, prácticamente ha desaparecido y la sombrilla, dio paso al paraguas.
El Presidente Donald Trump, usa gorra, para sus monólogos con los ciudadanos norteamericanos y para exponer su política y manera de pensar, sobre la migración mexicana y centroamericana.
Vale la pena recordar los “viejos tiempos”, no por viejos, sino porque llevaban inmersos, ciertos cuidados y atuendos corporales que han desaparecido, los que vamos a tener que volver a utilizar.