La Victoria de Bolsonaro

La historia se repite una y otra vez. Los seres humanos no manejamos bien el concepto de barreras. Todos los días superamos un nuevo límite y enseguida aparece un nuevo reto por vencer. No existe un freno que detenga el impulso por superar cualquier sueño que se nos presente.

Nos hemos aventurado en un sin número de áreas y paso a paso vamos convirtiéndonos en ganadores ante los ojos de las generaciones. Ciencia, Física, Astronomía y continuamos conquistando cada paso que damos; pero si la teoría no satisfacía todas las expectativas, no importa, alguien encontró una nueva forma o método para replantearla.

Nos aventuramos en la tierra hace millones de años y desde entonces hemos conquistado el medio. Sus bosques, selvas, montañas y pampas jamás se soñaron encontrarse con tremendo contrincante. Sus mares, ríos, lagunas y lagos no han sido un impedimento tampoco. Su cielo nos limitó por algunos años, pero encontramos la forma de convertirlo en nuestro aliado… Y de qué forma: Globos, zepelines, helicópteros, aviones y variedad de artefactos han adornado su territorio y hoy ni siquiera pensamos en todo lo que nos costó llegar ahí.

Nadie duda que para la historia la imagen y rostro carismático de Ernesto el Che Guevara ha quedado simbolizando la mística idealista y rebelde. Desmitifícalo ya es imposible. Murió oportunamente, renunciado al goce del poder, a estar envuelto en cadenas nacionales, a la publicidad, a los guardias de seguridad y al avión personal a la puerta. Y así el Che cumplió con sus deseos cuando en una de sus cartas, antes de sumergirse en la selva Boliviana, escribió a su madre acerca de lo esencia de lo que el Che representa