22 noviembre, 2024

Del romántico Guayaquil a los tiempos de hoy (2)

El otro tema tratado con mi amigo de la referencia, fue el de la ciudad de Guayaquil de ayer, frente al de hoy.

El tema central fue, por supuesto, el de la delincuencia organizada y no organizada, el de las “pandillas” de jóvenes criminales, que se escudan en la minoría de edad, en el incremento y permisibilidad para el consumo de las drogas, que entra por Colombia y por el Perú, para ser remitida a los países del norte y de Europa, que pese a los decomisos que logran las unidades especializados de la P.P.N.N., es su esfuerzo insuficiente, frente a las “Fronteras abiertas”, del cercano pasado del ex Presidente Correa, de la participación directa de los ex capos de la FARC, a lo largo de la frontera con Colombia, en Esmeraldas y en el Oriente ecuatoriano, limítrofe con Colombia y con el Perú.

Han instalado, sus laboratorios, sus negocios ilícitos y están haciendo compromisos, que ya están contaminando a los F.F.A.A.s, en los Bajos mandos -ojala- y no en los Altos mandos de la FAE y del Ejército, ecuatoriano.

Frente a este escenario, nada fácil de impedir y de corregir, hay otro más grave, le dije: la grave crisis fiscal.

“No hay plata para tanta gente”, como diría la portada del último número de la Revista Vistazo.

Que de a poco, de a poquito, el Gobierno, tendrá ingresos, con la exploración y explotación de nuevos pozos petroleros, los de menor volumen de producción del crudo, diario, cuando se inicie la explotación- que no les viene mal, de unos $400 millones de dólares en los próximos tres años, como para pasar el “bache”.

Los que le sucedan al actual Presidente Moreno, les tocará ingeniárselas para obtener los fondos necesarios para disminuir el déficit presupuestario, que será del orden de los 3000 o 4000 millones de dólares al 2020 (???)… Cada día me convenzo que son más, muchísimos millones de dólares más.

Volviendo al tema de conversación con mi amigo, me recordaba: íbamos a las fiestas de la época, que los organizaban las chicas, en sus casas, gratis, y si habia conjunto, con entrada pagada. Bailábamos hasta la 1 o 2 de la madrugada, como mucho y nos regresábamos a pie, a nuestras casas, con nuestro grupo de amigos, -me incluyo-, con el nuestro, hacíamos lo mismo.

No había delincuencia en las esquinas, ni detrás de las postes de las casas. Si acaso, algún grupo esquinero, que se tomaba sus “puritos” con Seven-Up-, eran amigables y en ocasiones nos brindaban.

Recuerdo al grupo de la esquina de mi casa, en la calle Zaruma -(José A. Campos)-. “Mi blanco”, o “Licenciado” me decían, aun cuando todavía no lo era, tómese un “traguito”, disimule, me decían; la moda era que todos tomaban del mismo vasito, de un solo golpe,, mezclado con SEVEN-UP.

A nuestras casas llegábamos caminando, sanos y salvos (1959/60). Todo eso se perdió con el crecimiento de la urbe, con los malos alcaldes -no todos- de la década de los 70/80.

Su regeneración material, le ha devuelto a sus ciudadanos la esperanza.

Esperemos que así suceda.

Nota: Debo aclarar para evitar malos entendidos e interpretaciones equivocadas, que la competencia de la Seguridad ciudadana no es facultad de los Municipios.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×