Después de la vergüenza internacional por el acto irreflexivo de varios que se hicieron pasar por hinchas de fútbol en Argentina (un hincha no debe ser un fanático), la CONMEBOL decidió diferir el partido, y las tramas políticas (interminables) empezaron a moverse con intensidad.
El Director de Boca Juniors, ahora quiere exigir que la copa sea de ellos, sin jugar. ¿Es por cobardía? ¿Tienen miedo de jugar y que les ganen? ¡A primera vista, parece que sí! River Plate los empató en su sede y éste sería el partido de vuelta, en el Estadio del contrario, con barra en contra, tal como jugaron, con barra a favor, ellos en su estadio. En todo caso, lo menos que se podría decir, es que es una sapada el querer ganar un partido y una copa sin jugar.
Hay tres factores que se deben pesar para la toma de una decisión: El primero, la agresión que sufrió Boca Juniors al llegar al estadio de River. ¿Fueron los jugadores, los directivos o los fanáticos de River los que atacaron al bus y a los jugadores? ¡Los dos primeros, seguro que no! Los terceros, es imposible poder asegurar que lo fueron. Pudieron ser los mismos fanáticos de Boca, aparentando ser hinchas de River, hinchas de River enardecidos, o lo más probable, delincuentes comunes, haciéndose pasar por hinchas de cualquiera de los dos equipos, tratando de hacer su agosto. El segundo factor es el fútbol. Después de la vergüenza sufrida por este acto delictivo, que un equipo sea declarado ganador por lo sucedido, sería un acto aún peor que el acontecido. Lo tercero, es la expectativa producida por este partido en los fanáticos mundiales del fútbol. Todo el mundo está esperando este juego. Quieren ver, en la rivalidad de dos equipos (como Barcelona y Real Madrid en España, como Emelec y Barcelona en Ecuador, Manchester United y Manchester City en Inglaterra y varias rivalidades más en todo el mundo), un fútbol limpio, un espectáculo agradable, entre amigos, simplemente la rivalidad de gustos y ¡la garra que ponen los muchachos para demostrar quien es quien!
No cabe espacio para cobardías ni para sapadas. El juego (aunque ya no va a ser así), se debería jugar en el Estadio de River y ambos equipos deberían salir al campo a demostrar quienes son.
En Ecuador, en política, estamos viviendo un espectáculo similar. Por un lado el grave temor de nuestro Primer mandatario, que no se atreve a limpiar el piso de su Gobierno y por otro, la sapada de excusar el cobro de diezmos diciendo que es para el partido. Eso es más vergonzoso todavía, porque estaríamos diciendo que los partidos políticos se alimentan de los salarios de los empleados gubernamentales. Algo más atroz aún que el hecho de que un asambleísta sea ladrón. Ya estaríamos hablando de Instituciones que les roban a los ciudadanos por darles trabajo. ¿Es que acaso ellos son dueños del país? Creo que lo único digno que le queda al Gobierno es la destitución, y si ese partido tiene en su estatuto el diezmo, la desaparición inmediata de esa agrupación política.
Muy interesante el artículo. Solamente cabe aclarar -en la parte del fútbol- que la agresión al bus no fué en la cancha de River, sinó unas 5 cuadras antes, en el trayecto que recorría dicho vehículo para llevar a los jugadores al estadio. En todo caso, es como en las matemáticas (en la suma y la multiplicación): el orden de los factores no altera el producto.
Si señor Moreno, usted sabe muy bien de que pata cojean sus colaboradores y asambleístas y no quiere decir nada, si no quiere terminar como su Vice – desratice el gobierno y pronto.