“ … es una mujer íntegra, inteligente, con un pasado limpio.
Es una socialista convencida y ha vivido como socialista toda su vida,
se ha formado como socialista
y yo confío plenamente y absolutamente en ella … ”Lenín Moreno, 21 enero 2018
Si el socialismo era tan íntegro, inteligente, limpio y sus practicantes eran igualmente convencidos, formados y aplicados a esa insigne ideología izquierdista, ¿cómo así en estos doce años el país termina desintegrándose en lo político, económico y social? La respuesta se encuentra en el demagógico discurso socialista y en su resultante práctica a manos de una corrupción individual, colectiva y partidista de sus operadores locales.
La vida política de Vicuña, absolutamente marcada por nada excepto corrupción, ha llegado a su fin junto a su efímero mandato vicepresidencial. Su voluntaria renuncia probaría algún resquicio de vergüenza propia y familiar. Moreno, responsable de su designación como vicepresidente, debería públicamente solicitarle el cargo como último recurso. Hasta entonces y de paso sin recursos, el Gobierno continuará peligrosamente a la deriva.
El país enfrenta un eventual colapso del sistema de confirmarse que otros asambleístas recibieron pagos indebidos, caso Moreno no logre demostrar asepsia en todos los años de su accionar político y si no corrige el rumbo económico. La Constitución ciertamente no señala un determinado proceso de transición frente a todas las eventualidades, pero de cualquier manera la sociedad buscaría el camino de su redención política.
La renuncia de la señora Vicuña, desconocida por nada bueno y reconocida por todo lo malo, es la mejor noticia que el pueblo ecuatoriano ha recibido en los últimos tiempos del morenismo, un gobierno astilla del correismo, y ahí no termina todo, cuantos asambleístas que no quieren dejar la teta y que pasan vegetando de gobierno en gobierno, tienen rabo de paja y porque no los han denunciado se creen pulcros, cuidado señor Moreno hasta que termine su periodo se quede sin asambleístas.