El endoso de votos es una quimera. Se rumora que tal o cual candidato será quien gane la lid electoral en vista de que corre auspiciado por el partido y por el funcionario saliente, quien ha tenido una labor exitosa al frente de la institución que ha dirigido.
Esta afirmación no es precisa. Los votos y la preferencia electoral no se endosan. No ocurre como en el ámbito privado; en materia electoral no hay la posibilidad de disponer la herencia y el legado de votos.
Es indudable que el apoyo y empuje de la autoridad saliente son importantes, más aún cuando esta ha dejado al final de su trayectoria una imagen sólida, acompañada de obras en beneficio del conglomerado al que sirvió; sin embargo, esto no es todo, ni es suficiente.
El candidato o candidata que pretende sucederlo debe tener el perfil adecuado para despertar en el electorado ese deseo de escogerlo como la persona indicada para sentarse al frente del cargo que aspira.
La campaña electoral debe ser manejada eficientemente para consolidar esa intención de voto. De ninguna manera debe pasarles por la cabeza que entran por descarte, en vista del apoyo hereditario que traen a cuestas.
El pueblo estará expectante del comportamiento, los ofrecimientos y el desempeño del opcionado u opcionada, previo a decidir su elección; y en muchos de los casos la concretará haciendo la fila en el día de las elecciones.
Sería iluso soñar en la aplicación de las “matemáticas electorales” pensando que las altas preferencias a favor del actual representante de una cartera serán iguales a las de su candidato sucesor.
Todas estas consideraciones y argumentos se cumplen, siempre y cuando exista un proceso electoral transparente, sin mañas de por medio. Cuando entra en juego la manipulación de resultados o fraude electoral, queda de lado toda lógica, para pasar de inmediato al dedazo que escoge al candidato ganador.
Las campañas para la elección de autoridades seccionales están calentando el ambiente y revelan que en algunas provincias y ciudades serán encarnizadas, a fin de lograr la tan ansiada preferencia electoral.