Investigadores del Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica (Cispec) de la Universidad UTE han realizado un análisis de las tendencias de suicidios entre 1997 y 2016 para visibilizar este problema de salud pública en Ecuador e identificar las tendencias temporales en los 20 años, los métodos más comunes y dónde están localizadas las zonas más afectadas.
De esta manera se encontró que el suicidio es la segunda causa de mortalidad en adolescentes ecuatorianos y, “lo más preocupante”, es que existe una tendencia creciente en todo el país, ha comentado Solange Núñez, investigadora del Cispec y co-autora del estudio.
Para los investigadores, este análisis de la evolución del suicidio juvenil ha permitido obtener información “valiosa y preocupante”.
Núñez ha explicado que se decidió iniciar en 1997 porque en esa época en el país se desencadenaron varias crisis socioeconómicas, lo que resultó en una migración masiva a finales de la década. Por lo tanto, “buscábamos identificar si existen patrones y cuáles han sido los momentos más críticos en estos 20 años”.
Los resultados
Según el estudio, los suicidios a nivel nacional aumentaron de 165 muertes en 1997 a 286 muertes en 2016. Mientras que las tasas crecieron de 12.7 a 23.3 por 100,000 habitantes, junto con un aumento significativo de la tendencia, especialmente en las zonas rurales.
En este sentido, el estudio indica que, en el grupo de 10 a 14 años, hombres y mujeres, se registra un incremento de aproximadamente 6 por ciento en zonas rurales, en comparación con un 2 por ciento en las aéreas urbanas. Mientras que, en el grupo de 15 a 19 años, los más afectados son los hombres en zonas rurales con un incremento del 5 por ciento. En promedio, la distribución por género es pareja (50/50).
Los otros resultados claves de la investigación son la concentración de la mayoría de casos en las provincias amazónicas y el austro andino del país; así como que los métodos más comunes utilizados son el envenenamiento con productos comúnmente encontrados en al agro y el estrangulamiento.
Este fenómeno creciente puede ser un reflejo de la falta de políticas y estrategias centradas en la salud mental del adolescente a nivel nacional, sumado a factores como la disfunción familiar, el fracaso escolar, los grupos étnicos vulnerables y los patrones de inmigración, según los investigadores.
“Estas son solo ideas que hemos lanzado, pero es necesario realizar más investigaciones en el campo de la salud y las ciencias sociales para explicar e identificar las razones de las altas tasas de suicidio en estas zonas”, ha manifestado Núñez.
El dato
Para este análisis los investigadores han utilizado los registros de defunción del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). De esta manera, se identificaron 3.824 suicidios en niños y adolescentes entre 10 y 19 años, que dividieron en dos grupos de estudio de 10 a 14 y 15 a 19 años.
Acceda al estudio completo en el siguiente enlace https://bit.ly/2zsEFYJ.