En la primera parte (el mejor regalo), hablamos del molde que nos dio Dios para que creemos vida. Vuelvo a las preguntas: ¿Qué significa la capacidad de dar vida? ¿Es simplemente la capacidad de poner la semilla para hacer otro ser humano? ¿No nos dio Dios intelecto? ¿Somos otro animal más de la creación? ¡El criterio que tenemos de nosotros mismos es bien pobre! ¡Debe haber entonces una creación superior a nosotros! ¿No hay diferencia entre nosotros y los animales? ¿Es el instinto lo que nos mueve a alimentarnos, crecer, reproducirnos, hasta que nos llegue la hora de partir?
A lo mejor, yo estoy equivocado, ¡pero creo que el encargo de Dios fue bastante más que eso! ¡Creo que sólo el molde fue la orden de Dios para los animales! A nosotros, como seres superiores, ¡nuestro encargo fue mucho más grande que sólo el molde! Los animales (por si no nos hemos dado cuenta), desde que nacen tienen la capacidad de pararse, alimentarse y sobrevivir. Sólo el ser humano es tan débil, que necesita ser cuidado y ¡recién empieza a poder caminar alrededor del año! ¿Qué significa esto? ¿Qué somos retardados? ¡NO! ¡Simple y llanamente, que nuestro trabajo es mucho más elaborado e importante! Animales hay muchos, muchísimos. El ser humano es diferente y se debe desarrollar diferente. Va a cumplir una labor trascendental en su vida y en la vida del mundo, por lo tanto, debe ser mucho más elaborado que un animal. No sólo se debe desarrollar física, sino también espiritual e intelectualmente.
¡Es el hombre el que ha querido poner límites a su propio crecimiento! quizás por ociosidad, tal vez por comodidad. La obligación que le dio Dios al hombre no fue sólo hacer al recién nacido, sino también el prepararlo para su función posterior, para preservar su creación.
Todos los seres humanos son importantes ¡Hasta el ser humano que consideramos retardado, con disfunción cerebral o física, es importante! Debemos ayudarnos mutuamente desarrollar, a dar lo mejor de cada uno. Todos tenemos mucho que dar, y todos debemos dar lo más que podemos y ayudar a los otros para que puedan hacer también su máximo esfuerzo. ¡Esa es la obligación! ¿Cuántas veces Dios nos ha puesto ejemplos a favor de la vida? ¿Cuánta gente ha sido asesinada dentro del vientre, por excusas de enfermedades o venir con alguna discapacidad o peor aún, porque fue considerado un hijo no deseado? ¿Cuántos han tenido problemas serios y lo han superado, e incluso son considerado genios?: Un sordo, músico (Beethoven), uno considerado retardado por sus profesores y pésimo estudiante (Einstein), y miles de ejemplos más. Dios nos ha dado infinitas pruebas de que con su poder hasta lo imposible puede ser perfecto. ¿Por qué somos tan incrédulos?
¡Cumplamos con nuestra obligación! ¡Formemos a nuestros hijos! ¡Seamos responsables en nuestra obligación con el Creador! Dios nos mira y nos ha dado miles de ejemplos en la Biblia. El diluvio universal, la destrucción de Sodoma y Gomorra, y también nos ha dado pruebas de cómo, si cambiamos, puede perdonar, como lo hizo con Nínive.
¿Qué es lo más valioso que Dios nos ha dado en la vida? ¡Nuestros hijos! ¿Nos los dio como entretenimiento o como responsabilidad? ¡Reflexionemos! ¡Cumplamos con nuestra obligación! Eduquémoslos correctamente, ¡CON EL EJEMPLO! Los 10 Mandamientos del Señor se cumplen a cabalidad, SI ACTUAMOS CON RESPETO MUTUO, INTEGRIDAD Y HONESTIDAD, RESPETANDO LA MORAL Y LAS BUENAS COSTUMBRES, CUMPLIENDO CON NUESTRAS OBLIGACIONES Y RESPETANDO LAS REGLAS BÁSICAS DEL BUEN VIVIR, CON TOLERANCIA Y SIRVIENDO A LOS DEMÁS.