22 noviembre, 2024

Los enemigos silenciosos de los Ecuatorianos

La presión

En realidad se la conoce como Hipertensión arterial, que se la define como “una elevación anómala de la presión en las arterias”. Es más frecuente en personas de edad avanzada (⅔ partes de las personas de 65 años o más y un 25 % de las personas entre 20 y 74 años de edad). En personas más jóvenes puede estar causada por otro tipo de trastorno.

La hipertensión arterial aumenta el riesgo de desarrollar trastorno en los vasos sanguíneos, incluyendo, anginas, ataques cardíacos y accidentes cerebro vasculares.

En la práctica, la diferencia entre la presión alta y la baja, es de la mitad más uno de la baja; respecto de la alta. Lo contrario es la hipotensión, que de darse, provoca desmayo y hasta pérdida momentánea de la conciencia.

Oler sustancias con olor fuerte, como perfumes o un sorbo de Whisky seco, ayudan a su normalización, o al menos a recuperar el conocimiento.

La presión no es hereditaria, pero sí la tendencia a tener tensión arterial alta. Los factores que incluyen esta aparición son los siguientes:

  1. Obesidad: contrarrestada por una dieta alimenticia administrada por un médico, o nutricionista, preferentemente médico.

  2. Un estilo de vida sedentario: se lo contrarresta con ejercicios nada exagerados: nadar o caminar.

  3. El Estrés: el estrés, por muy acostumbrados que estemos a convivir con él, se contrarresta con unas vacaciones, bien sea a la playa o al campo, a una hacienda o cabaña de  retiro, que cuenten con buen clima, evitando los riesgos propios del clima o del suelo (alturas o largas caminatas). Se recomienda desconectar el celular.

  4. Tabaquismo: se contrarresta bajando el consumo, o dejarlo definitivamente; pueden ayudar, los cigarrillos electrónicos al momento de presentarse el deseo de fumar (ansiedad); pero hay quienes han dejado de fumar y se convierten en adictos del cigarrillo electrónico, que igualmente les hace daño.

  5. Las cantidades excesivas de alcohol, o sal en la dieta alimentaria normal. El alcohol es dañino en exceso, por el azúcar que contienen las bebidas alcohólicas al igual que las bebidas  refrescantes, como las colas, o el exceso de sal en las comidas. Tienen una influencia directa en el alza de la presión arterial. Se contrarresta con la moderación en su consumo.

A la tensión arterial alta, se la ha llamado “el asesino silencioso”, no causa síntomas,            pero hasta que el médico o la doctora, lo/a declaren al paciente: hipertenso/a, pudo haber dañado un órgano vital.  Las arterias de todo el cuerpo podrían estar también dañadas.

Finalmente, la presión arterial se la clasifica para los adultos de la siguiente manera:

Categoría

Presion arterial sistolica

Presión arterial diastólica

Presión arterial  normal

Por debajo de 120

Por debajo de 80

Prehipertensión

120-139

80-89

Hipertensión grado 1

140-159

90-99

Hipertensión grado 2

Por encima de 160

Por encima de  100

 

La presión arterial óptima, para minimizar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y/o de un accidente cerebrovascular es: Por debajo de 115/75. Lo recomendable es tomarse la presión arterial a diario, incluso al levantarse, después del almuerzo y al acostarse.

 

Lo aconsejable es, tomar una medicación, recetada por el cardiólogo de tu confianza, para mantener la regularidad de la presión, pues por encima de los 120/80, hay riesgo cardíaco.

 

Nota: tomada del Manual MSD, del internet (versión para público en general).

 

Una vida sin exceso, siempre será más saludable y con menores riesgos para la salud.

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