Vemos tantos casos de corrupción porque prendimos la luz. Que esa luz continúe iluminando entre la abundante obscuridad que todavía nos rodea.
El costo de los subsidios a los combustibles, según el Gobierno, ha sido $ 50.975 millones en 12 años, mientras tanto, los «subsidios» a los rateros de la década robada es alrededor de $ 70.000 millones.
Los casos de corrupción abundan. Uno de ellos, seguido en EEUU, reveló los sobornos de Odebrecht relacionados al ecuatoriano americano Chatburn Ripalda por $3’270.980, pagados a funcionarios de Petroecuador, por contratos relacionados con la Refinería del Pacífico. Juan Andrés Baquerizo Escobar, de Oil Services & Solutions (OSS), se declaró culpable de lavado de dinero y será sentenciado el 18 enero 2019. Los sobornos pagados a empleados de Petroecuador llegaron a $ 1,72 millones entre 2012 y 2016, con miras a obtener contratos públicos para realizar trabajos en las refinerías Esmeraldas y La Libertad por $ 37,8 millones.
Pero algo debe estar profundamente errado en la democracia ecuatoriana, que a pesar de todos los indicios de perjuicio al Estado por parte del ex-dictador Correa, este y sus compinches se burlen de la ciudadanía poniendo candidatos para las elecciones de 2019.
Así, vemos que el movimiento Fuerza Compromiso Social, del ahora apresado ex-ministro correísta Iván Espinel, primo de uno de los supuestamente más buscados prófugos de la justicia, Fernando Alvarado Espinel, y primo del también apresado ex-vicepresidente Glas Espinel, en lugar de haber sido investigado por la ambigua procedencia de los fondos para constituirse en movimiento político y confiscado por el Estado ecuatoriano, sirve de plataforma política para el cuestionado, acusado y enjuiciado de manera múltiple, ex-dictador Correa y sus secuaces.
Y entre sus candidatos aparece su cuestionada hermana que públicamente indicó que se sacó la lotería, para justificar su cambio de estatus económico y de la noche a la mañana convertirse en gran empresaria con millonarias inversiones. Sin embargo, la lentitud de la Fiscalía para investigar y exigir las pruebas correspondientes a ese cambio de estatus es manifiesta.
Este tipo de acciones desdicen de la política ecuatoriana y provocan la indignación ciudadana. Los corruptos marginan y postergan a ciudadanos honestos, perjudican a la nación y a todos sus ciudadanos, como constatamos cuando el Gobierno, presionado por la falta de recursos, elimina subsidios porque los recursos del Estado son robados y no son recuperados.
Así mismo estamos mi estimado Carlos Sagnay de la Bastida, y así estamos por la forma de educación que tenemos. Estamos educados para quedarnos callados, para no alborotar el avispero, para no ser sapos (de sapear, de denunciar, de decir a todo el mundo lo que vemos que está mal, en fin de hablar y publicar a los cuatro vientos las corrupciones). Estamos educados para admitir y permitir, con tal que no me afecte a mi ni a mi familia…, AQUÍ está el gran error,…, creer que no nos afecta. Y lo más grave de todo, es que las personas con más educación son las que están a la vanguardia de la corrupción y están enseñándoles a sus hijos, sobrinos, y parientes en general sus logros con la corrupción y por supuesto que van deformando todas las enseñanzas de bien, de honestidad, de respeto, etc.,…, que desgraciadamente las van eliminando estos mismos corruptos desde la educación en los colegios y escuelas. He conocido a profesionales de distintas especialidades, desde profesores, abogados, ingenieros, y un largo etc., y en todas partes del país, encontrando un nefasto factor común, en todos los ámbitos hay corrupción salvo casos personalizados y escasos. El problema es profundo, está admitida la corrupción porque la han conocido desde siempre pero nunca la han combatido, por comodidad en muchísimos casos, por ignorancia en otro alto porcentaje, y por conveniencia en un espantoso porcentaje indeterminado.
Conozco puntualmente un profesor que hoy en día aparte de ser ingeniero y no tener la capacidad para ejercer la profesión, es profesor en una Universidad de reconocida fama y que de todas formas transmite lo único que aprendió de sus padres y parientes, de sus profesores de un Colegio que usted conoce, de sus compañeros de estudios y trabajos, …, corrupción. Me explico mejor, cuando era estudiante de la Espol, él era profesor de Inglés en dos colegios de señoritas y se ufanaba diciéndome que el era muy «vivo», les daba las preguntas de los exámenes a las alumnas en papel mimeógrafo ( pero se los vendía a un precio módico y no tenía reclamos) y cuando yo lo recriminaba diciéndole que eso era digno de un patán, me contestaba que su lema era: » El tonto vive de su trabajo, y el «vivo» vive del tonto»; y como «era mi amigo» se lo terminaba admitiendo. Todavía la vida no me había enseñado que admitir es permitir, hasta que terminó estafándome porque así lo aprendió de su padre, que resultó ser un alto funcionario público y que salió publicado en algunos periódicos del país por un sonado acto de corrupción.¿Qué más se puede esperar?
Si ese es un profesor, ¿Qué de bueno puede enseñar? Un pariente de este mismo personaje, abogado, le enseñó como eludir la justicia con más corrupción…., y sigue la cadena arrastrando a toda su familia y conocidos. De esta manera se propaga la corrupción. Y cuando se ven frente a la posibilidad de robar sin que les pase nada porque todos los que los rodean están al tanto (saben, admiten y permiten) y son parte del engranaje que mueve la maquinaria del gobierno y hacen callar a los denunciantes persiguiéndolos y hasta dándoles el pase al más allá criminalmente, entonces con esa seguridad ROBAN y SAQUEAN hasta que no pueden más y corren serio riesgo de perder esa impunidad conquistada a través del miedo que infunden a los contados honrados que los pueden delatar.
Excelente articulo……………..sigan adelante…..el pueblo ecuatoriano debe abrir los ojos…