3 diciembre, 2024

Cacicazgo en el CNE

Desde el año 1945 contamos en Ecuador con una Función Electoral con atribución de independencia, sin embargo, históricamente, los hechos nos han probado lo contrario. Esto tiene que cambiar; los representantes de los diversos políticos deben velar para que la tan anhelada independencia se cumpla. Se deben analizar, en detalle, los antecedentes de todas las autoridades que rigen estas próximas elecciones para determinar si existe o no la hegemonía de un determinado partido político en el manejo de tan delicado proceso.

Hay partidos que representan y defienden altos intereses particulares por preservar el control de ciertas administraciones y así evitar el juzgamiento de sus actuaciones, para que no les ocurra como al expresidente de la República, que al momento pasa por una expurgación rigurosa de todas las mañoserías y bribonadas en las que participaron muchos de sus acólitos. Es evidente todo lo que está en juego para muchos de los actuales funcionarios seccionales; con certeza, lucharán con garras y dientes para evitar que la lupa acusadora los alcance, a pesar de la tremenda cintura política con la que han logrado hasta ahora mantenerse en sus cargos y de los embates que recibieron del gobierno anterior.

Esperemos que el Consejo Nacional Electoral no haya pasado simplemente por un mero cambio de propietario. El control electoral es medular. Hemos visto varios movimientos en autoridades regionales de este Consejo y nos queda la duda de cuál ha sido la razón de fondo para estas dimisiones.

El control electoral no es simplemente el monitoreo previo y recurrente de la publicidad para la campaña electoral, sino también la supervisión para lograr un proceso electoral transparente, que realmente recoja la decisión del soberano, situación que no ocurría en la década pasada, cuanto el poder Ejecutivo dominaba todas las funciones del estado a su antojo y conveniencia.

Exigimos un proceso electoral pulcro, sin metidas de mano que desvíen los resultados democráticos a conveniencia del cacique de turno del control electoral.

 

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El análisis de los condenables sucesos ocurridos el 30S, siguen; pero más allá de señalar a los supuestos culpables es menester más bien señalar a los responsables. Lo que está claro es que jamás hubo un intento de golpe de Estado (jamás hubo proclamas desconociendo al gobierno), cabecillas con poder de decisión (no lideraron coroneles ni generales, sino cabos y sargentos) y sobretodo, ningún golpe de Estado se hace sin el apoyo de las Fuerzas Armadas. Tampoco hubo la intención de matar al Presidente (por su propia voluntad puso en peligro su vida) y peor que estuviese secuestrado (siguió gobernando, dando órdenes y reuniéndose con sus colaboradores, emitió declaraciones a los medios de comunicación de dentro y fuera del país, decretó el estado de excepción y ordenó que se lo “rescate”, etc.). Vale resaltar, que pese a que una de las importantes misiones que según las anteriores constituciones debían cumplir las FF.AA. “la se ser garantes de su ordenamiento jurídico” fue borrada en la actual; a la hora de la verdad se acudió a ellas para mantener la institucionalidad del país y garantizar la paz y seguridad ciudadana.

Creo que es el momento adecuado para una reflexión seria y profunda, se debe convocar a una reconciliación nacional, no es prudente dejar heridas abiertas; de debe dejar atrás las ofensas, descalificaciones y crear un ambiente de confianza, mediante el respeto a la opinión ajena y sobre todo, el presidente Correa debe llenarse de una gran dosis de humildad y tolerancia, hacer efectiva la participación ciudadana y buscar consensos.

A propósito de la mala práctica médica

En el Congreso anual de la Academia Americana de Pediatría, se presentó un mock (simulación) sobre un caso de mala práctica en neonatología, que puede servir para hablar sobre las dificultades para juzgar la mala práctica médica.

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