“La razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura”, decía en boca de Don Quijote, el más grande escritor de la lengua castellana, Don Miguel de Cervantes Saavedra. Esta sinrazón es la que se vive actualmente en muchas partes del mundo.
Siempre he insistido en la necesidad de congruencia, es decir, es necesario, por no decir obligatorio, que lo que pensamos, decimos, hacemos, o proponemos, vayan en una misma línea, pero en política, esto ocurre saltándose la parte de decimos, o no ocurre, porque no se debería hacer promesas que no se pueden cumplir, y si no engañas al pueblo, no lograrás los votos para ser electo.
Hablemos un poco sobre lo que ocurre con las inconsistencias entre lo que hablan y lo que hacen los grupos políticos latinoamericanos. Ellos se quejan del imperialismo yanqui, que explotan a los habitantes de América latina, sin embargo, cuando viajan a adquirir cosas, van a Estados Unidos, a que ¿los exploten? En verdad suena un poco raro. Organizan marchas para entrar de ilegales por la frontera sur de U.S.A., miles y miles de personas. Si es tan mala la política americana o la vida en ese país, ¿por qué todos quieren ir a vivir allá? Si hay países como Cuba, Rusia, Corea del Norte, que viven con el sistema que estos dirigentes quieren que se imponga en nuestros países, ¿por qué no organizan grupos para tratar de ir a vivir a esos sitios? ¿Es acaso la idea tratar de destruir los países donde se puede vivir decentemente, para poder explotar a los habitantes de los países que ellos quieren oprimir, para robar y saquear a su antojo y ahí sí, pasar ELLOS, a mejor vida, mientras les dan mendrugos a la población, como lo han hecho Chávez y Maduro en Venezuela, los Kirshner en Argentina, o como intentó Correa hacer en Ecuador, (y Ortega, Morales, y otros avivatos más)?.
¿Cuál es el afán de estos izquierdistas? Definitivamente, ¡ellos no hacen revolución para salvar a los pobres! Su revolución es “a río revuelto, ganancia de pescadores”. ¡Ya lo demostró la gavilla que tuvimos por 10 años aquí en Ecuador! ¡Reclamar es fácil, prometer también! ¿Qué antes también era igual? ¡Eso es falso! ¡Nunca como ahora y en la época de Abdalá y de Alarcón!
¡Los políticos tienen que reflexionar! ¡Los países necesitan ejemplos de moralidad entre sus dignatarios! No es cuestión de destruir un país, como lo han hecho Chávez y Maduro en Venezuela para poder saquearla y destruirla. ¿Hay gente honrada militando en política en Ecuador? ¡Por supuesto que SÍ! Aún recordamos el Gobierno interino de Yerovi, los Gobiernos de Arroyo del Río, Plaza, Febres Cordero, Borja y Durán. Incluso, podríamos nombrar a Velasco Ibarra, pese al grupillo que lo aupaba.
¡El respeto al ciudadano era la norma! Se perseguía al delincuente, al asesino. ¿Qué hubo que poner mano dura en algunos momentos? ¡También es cierto! Quizás, a mi modo de ver, Borja fue demasiado blando, y gracias a ello, no desapareció y pudo crecer la mala hierba del AVC.
¡Elijamos bien! ¡Hay muchos advenedizos que quieren seguir pescando a río revuelto!