El Inocar y el INamhi, pronosticaron, marejadas para las épocas de Navidad y de Año Nuevo, y previnieron a los ciudadanos, que prefieren las playas, en estos días. También pronosticaron lluvias, para prevenir a los conductores que se dirijan a otros lugares, bien sea hacia la Costa o hacia la Sierra. No se dieron.
Tampoco hubo mosquitos, ni grillos, ni ratas, como los funcionarios del M.S.P. lo pronosticaron para Guayaquil, para la temporada invernal.(50.000.000), cincuenta millones de ratas en las calles de Guayaquil ???……
Fallaron todos los pronósticos -aún cuando fueron válidos como prevención-. Esos días en la playa, en toda la costa, fueron soleados, muy ventilados, con aguas tranquilas y con una temperatura riquísima, para disfrutar de nuestros mares a lo largo de la costa ecuatoriana, incluido Mompiche, en Esmeraldas.
Quizás hubo alguna que otra excepción, en la frontera esmeraldeña con Colombia, o en Bajo Alto, al sur, en la Provincia de El Oro.
Recién, entrado Enero, se presentaron las lluvias, sobre todo en la sierra, causando estragos en ciertos tramos de la vía Alóag-Santo Domingo, en Azuay, en Los Ríos, y en el Nororiente ecuatoriano.
Cierto es que la naturaleza causa estragos, en las carreteras -derrumbes e inundaciones-, con los incómodos trasbordos y pérdidas comerciales y también para los transportistas. Para los habitantes de sus áreas aledañas – viviendas y sembríos -, la situación es grave.
Me pregunto: ¿Los controles de inundaciones, a base de canales aledaños a los ríos, construidos en el cercano pasado, tampoco funcionan ?
Pero, les pregunto, al MM de OO.PP y a los constructores de carreteras que las construyeron: ¿Porque las construyeron sobre lugares, expuestos a estos movimientos de tierra, en caso de lluvias torrenciales?. ¿Porque no reforzaron esos sitios? -ya conocidos- con la protección debida. ¿Se cumplieron las normas contractuales y los requisitos técnicos para evitarlos? .
Vale la pena que la C.G.E., revise esos contratos de construcciones de carreteras y de puentes, que a la primera se desestabilizan.
Yo no creo que sea la naturaleza la única culpable.
¿Cuando seremos un país, que construya bien sus carreteras?, ¿como los americanos y los europeos?. Ojo, que ellos también tienen cordilleras, no tan elevadas como las nuestras, pero no se ha oído de derrumbes, y pérdidas de tramos de carreteras, por causa de las lluvias, nevadas o derrumbes.
Valdría la pena, la formación de una Comisión de Auditoría de la C.G.E., con el ánimo de conocer más, sobre las causas y no solo sobre los efectos.
En el Ecuador son muy dadas -las autoridades- a referirse a los efectos, por ej: En los accidentes viales de las Unidades de transportes de pasajeros y carga. Cuando estos suceden, los vigilantes y agentes, le responden a la TV: “Perdió Pista” (consecuencia), sin reconocer que tales accidentes de tránsito, tienen sus causas en el exceso de velocidad, falta de las horas de sueño del chofer, necesarias, antes de emprender un viaje o por los efectos del alcohol, que ingieren en el camino -en la Sierra-, por insinuación del ayudante, ese que se baja, para meter las maletas, y recoger pasajeros en el camino.
La solucion: Mejores controles a lo largo de las rutas, una mejor selección de quienes tienen esta gran responsabilidad de conducir en las carreteras y mayores sanciones, tanto al chofer, como a la Unidad móvil, como a la cooperativa a la que se pertenece.
Hay sin embargo candidatos, que están basando sus campañas electorales, para atraer sus votos, conquistándolos con la promesa de que bajarán las multas, otros, las penas.
Dejemos que las leyes y reglamentos actúen. Que si alguien cree que es exagerada la multa o la pena, pues que recurra a las vías y acciones legales que las leyes admiten y que sean los expertos -jueces y fiscales-, -no corruptos-, los que analicen y decidan, la Resolución final. Estos análisis sobre la responsabilidad o sobre la irresponsabilidad de los conductores, no les corresponden a los candidatos, ni puede ser el argumento ligero de bajar las multas, un Plan de Trabajo, para ganar las elecciones.
Ya es hora de que maduremos políticamente.