La primera ocasión que oí en este proyecto, se lo escuche al Ing. Jorge Perrone (+), ex alcalde de Guayaquil, en una reunión social.
Jorge, descendiente italiano, tenía entre ceja y ceja, este proyecto, una V invertida, cuya base sea el parque del Centenario y cuyo vértice sea el monumento a los Libertadores de América (Bolívar y San Martín). Gracias a Dios desistió.
En aquellas épocas, la ciudadanía acostumbraba a pasear a pie por la Av. 9 de Octubre, me incluyo, eran los días festivos; Fundación de Guayaquil, el 9 de Octubre y el 31 de Diciembre.
Por supuesto los vendedores ambulante y sus carretillas, se tomaban las veredas y portales: Fritangueros, vendedores de refrescos, colas, canguil, algodon de azucar y demas.
Al termino del dia la Av. 9 de Octubre, terminaba un asco.
También era la epoca del Departamento de Aseo de Calles, eran los famosos pipones y deshuesadores de los recolectores de basura.
El Municipio de Guayaquil de aquellas épocas, daban pena por su penuria económica y de la existencia de ciertos Alcaldes que arrendaban las veredas de la Av. 9 de Octubre a los “señores” de la Bahía, por metro cuadrado y se tomaban la Av. 9 de Octubre, desde el 20 de Diciembre hasta el 6 de Enero, desde las 9:00 hasta 17:00, que recogían sus mercancías y se dedicaban libar.
Debe haber pasado unos 40 años de aquella época hasta la presente fecha, etapa del “Guayaquil de mis olores”, (Nauseabundo y con alcantarillas rebosantes).
La era -León-Nebot- (25 años), terminó con tales absurdos y visión miope de la ciudad. Iniciaron la RECONSTRUCCIÓN Y LA REGENERACIÓN URBANA, de la ciudad de Guayaquil.
No podemos los guayaquileños con nuestros votos, regresar a los tiempos de “porque a mi me da la regalada gana”, ni a la invasión de los vendedores ambulantes, ni de la Bahía enclavados en el Centro Comercial de la ciudad de Guayaquil.
Sería como clavarnos un cuchillo en el pecho, o mejor dicho, clavarle a Guayaquil, un cuchillo en el corazón de la ciudad.
Las ciudades Europeas, tienen centros comerciales caminables. Después de la segunda Guerra Mundial, fueron sus ciudades, diseñadas así: Solo para comercios, supermercados, heladerías y pequeñas discotecas, éstas sin ruido hacia el exterior, que pasan desapercibidas.
A los vehículos proveedores, se les permite ingresar a tales áreas antes de las 7 am, o después de las 18pm, para dejar sus mercancías a los locales comerciales.
En la ciudad de Bonn en la Plaza Munster, frente al cabildo municipal se les permite a un grupo pequeño de vendedores de frutas y hortalizas, ingresar sus carretas tiradas por Mercedes Benz, para que expendan sus productos, cultivados en sus pequeñas fincas fuera del perímetro urbano.
Las vendedoras, visten elegantes vestidos y van peinadas de peluquerías -son campesinas alemanas- aún cuando nuestros abuelos, muy duros en sus conceptos repetían: “ cuando el mono se vista de seda, mono mismo queda”.
A las 5 de la tarde retiraban sus carretillas y ni una sola hoja quedaba en el suelo, el sitio quedaba impecable y comenzaba a llenarse con viejos verdes elegantemente vestidos, con paraguas en mano izquierda y la mano derecha enganchado en el brazo de una mujer relativamente joven, vestida con “pantaloncitos calientes” y botas hasta la rodilla. Los “pantaloncitos” eran tan tan pequeños que mostraban los molletes de sus nalgas. Eran mujeres altas, rubias y bien alhajadas.
A las 20:00 la plaza quedaba vacía.
Me comentaba un amigo de descendencia italiana que en cierta ciudades de Italia hay estas calles peatonales, pero me dijo, son calles interiores y secundarias, que conducen a ciertos monumentos muy visitados por turistas y nacionales como por ejemplo “La Fontana de Trevi”.
Que los guayaquileños, los samborondeños, los durandeños y los dauleños y los ciudadanos de los demás cantones del país, elijamos buenos Alcaldes y los guayasenses, manabitas, rioences y orenses, etc. elijamos buenos Prefectos.
Yo, impulsaré el voto cruzado; la Ab. Cinthya Viteri para Alcaldesa de Guayaquil y la Econ. Cecilia Calderón, para Prefecta del Guayas.
Me parecen las más experimentadas y preparadas para ejercer estos cargos.
Que se cumpla la voluntad popular en las urnas.