Como todo ciudadano preocupado del curso de la economía, aprecio leer diferentes opiniones que aparecen en la prensa donde cada columnista redacta su criterio y sugiere cambios con objetividad y respeto a favor de la sociedad.
Me llamó la atención un artículo de León Roldós Aguilera, titulado: “¿Patear los problemas o visión de futuro?” publicado el lunes 4 de febrero de 2019, donde sugiere “un acuerdo nacional tácito: la dolarización” comentarios de los cuales discrepo al comparar la dolarización con los escenarios previos al colapso de la convertibilidad en Argentina y comentar que la dolarización necesita dólares para mantenerse como sistema monetario-cambiario.
La dolarización como sistema monetario-cambiario del Ecuador no tiene marcha atrás desde el día que se lo implementó y difiere totalmente de la convertibilidad a pesar de que los escenarios económicos en Ecuador sean similares al momento previo al fracaso de la convertibilidad en dicho país por masivo endeudamiento, discreto totalmente que dichos eventos puedan destruir la dolarización.
El endeudamiento público siempre seguirá siendo costoso en un país con elevado riesgo país como Ecuador (683 puntos, febrero de 2019) donde al mediano plazo los perjudicados seremos los contribuyentes porque tarde o temprano las deudas hay que pagarlas y nuestros gobernantes, que no cuidan el gasto público, toman medidas económicas impositivas que perjudican la economía del hogar. ¿Qué limita al gobernante de tomar medidas económicas?: una posible explosión social.
Volviendo al tema de la moneda, me pregunto: ¿cómo se impone una moneda en contra de la voluntad de un pueblo? Si bien es cierto que, reiteradamente se nos ha dicho que no se va a cambiar la dolarización en el país, el expresidente Correa nunca perdió la oportunidad para atacar ese sistema monetario reiteradamente; cada vez que Correa ventilaba un discurso en el exterior cuestionaba la dolarización o en su efecto, su sucesor, Lenin Moreno, en campaña poco antes de ser electo dijo que aspiraba que el Ecuador tenga moneda propia (Ver noticia en: https://www.larepublica.ec/blog/politica/2017/01/04/lenin-moreno-menciona-la-posibilidad-de-tener-moneda-propia/). En la actualidad, estoy seguro de que el presidente Moreno cambio de parecer con respecto a la dolarización.
La convertibilidad es un anclaje de una moneda nacional con una moneda extranjera; en el caso argentino, el peso tenía su equivalencia al dólar norteamericano de 1 a 1 y se prohibía al Tesoro Nacional la emisión de pesos sin respaldo de dólares en la reserva. Recordemos que la convertibilidad en Argentina fue adoptada en periodo hiperinflacionario cuando la moneda era el austral, la misma que convirtió a un peso por cada 10.000 australes antes de aplicar la convertibilidad del peso al dólar. La dolarización se propuso para evitar un proceso inflacionario superior al que se gestionaba por la caída de la producción de la región Costa por el fenómeno de El Niño (1998) y por el excesivo gasto público que presionó sobre todos los precios incluyendo el tipo de cambio. El presidente Mahuad, creyendo que se salvaba de la explosión social, el domingo 9 de enero recoge las recomendaciones publicadas en Diario El Universo del Foro Económico de dolarizar la economía y toma la decisión al tipo de cambio de 25.000 sucres por un dólar.
La diferencia de la dolarización con la convertibilidad es que en la dolarización no hay cabida a una moneda nacional con que comparar porque no existe un referente que pueda indicar una devaluación entre dos monedas. El dólar es la moneda de uso oficial en el Ecuador. La dolarización es muy sencilla, teniendo o no teniendo los dólares da igual porque no pasa nada. Con dólar, con sucre, con euro o cualquier moneda cuando no hay, ¡no hay! La dolarización no necesita defensa ni que se la mencione a cada rato. La dolarización está para quedarse hasta que el ciudadano voluntariamente decida con que moneda transar en el futuro.
Cualquier otra decisión forzada con la implementación de un nuevo sistema monetario-cambiario haría que el Ecuador regrese a los años oscuros de las devaluaciones del tipo de cambio, con daños irreparables a la economía de los ecuatorianos, donde la simple introducción de una nueva moneda al país ocasionaría un doble efecto en la economía: el fin de la dolarización y la nacionalización de la banca, porque los retiros de dineros por parte de los cuentas habientes del sistema financiero nacional sería masivo y el Estado tendría que intervenir a los bancos con la nueva moneda a cambio de las acciones de los propietarios de los bancos. (Leer el capítulo: “EL PELIGRO DE LAS EXPECTATIVAS EN LA ECONOMÍA” en ¿Qué pasa Ecuador? por Bruno Faidutti Navarrete).
Finalmente, si se teme que los bancos se queden sin los dólares físicamente siempre habrá la alternativa del uso de las tarjetas de débitos, dinero electrónico u otro mecanismo que evite cargar con la moneda, pero el dólar siempre será nuestra moneda por decisión propia y no por decisiones burocráticas so pena que queramos regresar al caos económico. Tal vez el único blindaje a favor de la dolarización que propondría sería la eliminación del artículo 303 de la Sección sexta de la Constitución de la República del Ecuador: “Política monetaria, cambiaria, crediticia y financiera” donde se faculta al poder Ejecutivo la política monetaria y cambiaria del país. Para todo lo demás un acuerdo mínimo a futuro es redactar una nueva constitución donde se recupere el concepto de República para lograr una democracia justa y equitativa en oportunidades para los ciudadanos y sin dogmas ni preferencias de ninguna clase.
Concuerdo con mantener la dolarizacion en el campo de la ingenieria y construccion, nos favorece de manera que no tenemos ese problema de devaluacion de moneda.
Concuerdo co:n mantener la dolarizacion en el campo de la ingenieria y construccion, nos favorece de manera que no tenemos ese problema de devaluacion de moneda.
No estoy de acuerdo con estas apreciaciones. La dolarización en el Ecuador es lo más maravilloso que puede haberle pasado al país. Pero no fué gratis: con la rápida devaluación del sucre para finalmente tener que pagar S/. 25.000.- por un dólar al momento del cambio final, la ciudadanía en general perdió muchísimo dinero, yo creo que mucho más de US$ 10.000.- millones de dólares. O sea, se pagó muy caro por el cambio, quebró mucha gente y empobreció a otros. Pero con las ventajas de la dolarizaciónel país se recuperó y salió adelante. Después de tanto sacrificio, ¿se quiere volver atrás ahora? La moneda nacional sirve para realizar emisión inorgánica sin control, lo que a su vez sirve para que haya inflación, lo que a su vez provoca agio y especulación. También favorece la corrupción, los robos al Estado y la inseguridad jurídica. Y de todo eso se deriva la pérdida de la calidad de vida, la pobreza, el cierre de empresas y cuántas cosas más que sería muy largo de enumerar.
Señores: yo viví el proceso del 1 a 1 en Argentina, que se financió principalmente con la venta de las empresas públicas. Pero se acabó un día, con un simple Decreto, o sea el 1 a 1 sirvió para destruír la economía del país, y cada día sigue peor: después de tantos años la inflación aumenta día a día, las empresas del Estado ya no existen, y la tasa de interes oficial esta cerca del 60% anual, pero al chulco puede llegar hasta el 150 por ciento. El IVA es del 21% y nada se salva de pagarlo.
Pero también viví en Ecuador en los años de la dolarización. Veamos: ahora no hay practicamente inflación, el país avanza. Como no puede haber emisión de dinero el saqueo de las arcas públicas es relativamente fácil de controlar. Le sugiero a todos los que quieren volver a la moneda nacional, a los románticos que extrañan al sucre, que se den una vuelta por Argentina o Venezuela, recién ahí van a comprobar lo maravillosa que es la dolarización.