La provincia del Guayas se encuentra caotizada.
Para las personas que viven en Guayaquil, la situación de caos no existe o a lo mejor se trata de una exagerada percepción mía. La realidad es que estamos en una maravillosa ciudad que se encuentra rodeada de una verdadera miseria provincial.
La prefectura de la provincia del Guayas es la clave para salir de esta desastrosa situación.
Muchos candidatos a prefecto ofrecen mejorar la vialidad, la agricultura etc.
La solución total de nuestros problemas está en convertir a la provincia del Guayas en un estado federado.
Con este logro constitucional dejaríamos de depender exclusivamente de las decisiones del gobierno central y podríamos tener un gobierno local, manejado por quienes viviendo en la provincia del Guayas, luchen por su autonomía administrativa.
La inseguridad que vive la provincia, es la consecuencia de las malas decisiones gubernamentales y de la blandengue ley que protege más a los criminales que a los ciudadanos.
Logrando que Guayas sea un estado federado, se podría legislar para que el estado federado asuma la competencia para manejar su propia seguridad y al mismo tiempo se hagan leyes estatales que sean severas para luchar contra los pillos.
Estamos en la provincia donde los pillos andan libres, mientras los ciudadanos honestos vivimos prisioneros dentro de las jaulas de hierro que hemos mandado a construir para defendernos en cada ciudadela.
Tenemos carreteras que sirven para que los delincuentes se escapen más rápido de la policía.
La inseguridad ciudadana, el robo, secuestro, crimen, narcotráfico y la corrupción están institucionalizadas en la provincia y la permisividad del gobierno central parecería estar encaminada a proteger a los pillos y a desproteger a los habitantes del Guayas.
Siendo un estado federado se podría dar la posibilidad para que los ciudadanos porten armas con el debido permiso otorgado por el gobierno federal.
Económicamente la provincia se independenciaría del absorbente estatismo central y los guayasenses manejarían sus propias rentas.
Lo más importante sería que nuestro dinero no se iría a llenar las arcas del gobierno central, sino que se quedarían en el lugar donde se lo produjo, con nuestro trabajo y esfuerzo y quedaría bajo el control de quienes lo generamos, que somos sus verdaderos dueños.
Nos olvidaríamos del bochornoso acto vergonzoso de tener que ir a la capital para rogar que nos devuelvan todo el dinero que nosotros producimos y nos pertenece.
La competencia en el área de salud o los planes para combatir el narco tráfico, estarían manejados por nosotros mismos y podríamos poner fin a estos grandes males que aquejan a nuestra provincia.
Con impuestos reducidos e incentivos tributarios como la exoneración de los mismos por períodos establecidos, la empresa privada generaría los puestos de trabajo que sean necesarios para generar más empleos y mover la maquinaria productiva para que nuestro dinero se quede con nosotros.
Desde cualquier ángulo que se lo mire, el estado federado es nuestra solución para autogobernarnos con eficiencia.
De ninguna manera se trata de una intensión separatista.
Es solo una distribución administrativa más competitiva y específica de las obligaciones sociales que debemos asumir.
Guayas deberá ser la primera en lograr convertirse en estado federado y sería ideal que las otras provincias siguieran nuestro ejemplo.
La prefectura del Guayas debe liderar este proyecto para convertir a la provincia en un estado federado independiente y altivo que sea un ejemplo administrativo para toda la patria.
En la práctica, el Ecuador ya es un Estado federado. Eso si, hacen falta algunos retoques. Por ejemplo, las dos Cámaras, una de diputados, y otra de senadores. Quizás modificar en algo la Constitución. Pero el país se organizó en sus comienzos con muy pocos habitantes, y se optó por el sistema actual, que facilitó la administración y el manejo de la economía. Ahora bien ¿quien puede garantizar que en el futuro lo que ahora es una buena intención se transforme en una nueva Cataluña? No nos olvidemos que siempre habrá en el exterior intereses creados que tratan de debilitar a un país, atomizarlo, para apoderarse de él. Hay un antiguo proverbio que dice «la unión hace la fuerza» Nada más cierto. Téngase cuidado, entonces, en diluír la identidad nacional y el sentimiento de pertenencia.
Excelente. No más palabras.
DE ACUERDO…